Del otro lado de la moneda, la versión del Gobierno frente al golpe brutal que representó la extinción de Luz y Fuerza del Centro, insiste en que el extremo se tocó ante la negativa tenaz del Sindicato Mexicano de Electricistas para contribuir a un cambio radical de rumbo de la paraestatal.
La posibilidad se abrió una y otra vez, vía convenios de productividad y evaluaciones por desempeño de los trabajadores, a lo que se negó el líder Martín Esparza, quien llegó a sostener más de un altercado con la secretaria de Energía, Georgina Kessel.
En alguna ocasión, incluso, ésta le reclamó el que parecía que estaban jugando al cambio de camisetas. "Parezco yo la líder sindical".
Y aunque tras la revisión salarial del 2007, la primera bajó del actual régimen, se aceptó una alternativa de evaluación de las tareas que realizaban los 44 mil sindicalizados, los puntos, las partes, las cláusulas, se metieron al baúl del olvido.
Tampoco hubo éxito al año siguiente.
En el escenario, pues, el Gobierno tenía dos alternativas: seguir otorgando un apoyo a título de subsidio para la empresa pública de 42 mil millones de pesos al año, 300 mil millones en promedio durante el sexenio; o enfrentar frontalmente a un sindicato históricamente combativo. La decisión la compara el Gobierno, en materia de impulso al sector energético, con aquella de reclasificar a la petroquímica para cargarle el peso a la secundaria, es decir abrir la opción para la participación privada.
Como usted sabe, la petroquímica primaria constituía un coto sólo franqueable por Petróleos Mexicanos.
El nuevo escenario permitió inversiones de particulares por mil 500 millones de dólares. Desde la óptica oficial, el presidente Felipe Calderón se atrevió a un paso soslayado una y otra vez por sus antecesores por conveniencias políticas.
Así, Miguel De la Madrid, aunque había diseñado un esquema que planteaba un escenario gradual, al final del sexenio, agotada la faltriquera ante la crisis provocada por el colapso bursátil de 1997, decidió cerrar el expediente.
Así, aunque Carlos Salinas De Gortari, tras la aprobación del Congreso de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica que le abría la puerta a los particulares para generar su propia electricidad y aún venderle excedentes a la Comisión Federal de Electricidad, cuya constitucionalidad, por cierto, dejó en entredicho la Suprema Corte de Justicia, decidió cortar de tajo la oposición a la medida que representaba el SME, finalmente se desistió por conveniencias políticas. De hecho, el Ejecutivo le concedió al sindicato el que se borraran de la razón social de Luz y Fuerza del Centro las palabras "en liquidación", que colgaban como guillotina sobre ésta... a cambio de un convenio de productividad, que nunca se cumplió.
Así, aunque Ernesto Zedillo intentó la misma acción ante su propósito de eliminar obstáculos que impedían darle más cancha a los particulares, incluida la posibilidad de permitirles operar algunas de las plantas generadoras de la Comisión Federal de Electricidad, tampoco se atrevió a dar el paso ante la negativa de su propio partido de legislar para caminar del dicho al hecho.
Vicente Fox ni siquiera hizo el intento, preocupado como estaba en romper marcas en materia de dislates.
La paradoja del caso es que, cargadas las culpas sobre la espalda del SME, es decir soslayada la responsabilidad de los directores generales de la paraestatal en la catástrofe, se aduce que éste lo controlaba todo, en un escenario en que frente a 44 mil de sus agremiados, había sólo 800 empleados de confianza. De hecho, se sabe hoy que en los días previos al golpe de hace un año, el sindicato, había logrado la renuncia de Jorge Gutiérrez Vera, quien está hoy al servicio del magnate Carlos Slim. Bajo el marco, no había posibilidad de dotar de energía eléctrica a unidades habitacionales, centros comerciales, empresas de servicio o factorías, dándose el caso de que algunas de ellas utilizaban plantas generadoras antiguas que agravaron el problema de contaminación en el Valle de México. Tampoco estaban funcionando dos subestaciones que podían generar la energía suficiente para cubrir con creces la demanda, en tanto la base de datos de los usuarios apuntaba al caos, en un escenario en que a veces no era posible ubicar la dirección de los usuarios.
Ahora que, la versión oficial habla de una estrategia que impidió un apagón generalizado en la capital del país y cinco entidades federativas.
Y aunque se reconoce que durante el periodo de transición se registraron fallas de operación, se aduce que muchas de ellas fueron provocadas por sabotajes que investiga la Procuraduría General de la República.
Actualmente, se aduce, los apagones duran la mitad de cuando existía Luz y Fuerza.
La operación, pues, fue un éxito.
Haga usted su propio juicio, con las dos caras de la moneda.
BALANCE GENERAL
Finalmente, el pleno del Senado aprobó la creación de una comisión especial para investigar la inaudita desaparición del grueso del fondo creado por el Gobierno zedillista tras la privatización de los Ferrocarriles Nacionales de México para atender el pago de pensiones y jubilaciones.
La pesquisa indagará la participación de las Juntas Federales de Conciliación en la manga ancha con que se le abrió la puerta al sindicato para presuntamente disponer de los recursos que avalaban los pagos hasta el año 2033.
De los 100 mil millones colocados en la caja, para acabar pronto, sólo quedan tres mil 500.
De pasadita, se indagarán las telas y entretelas del proceso de privatización; la venta de los talleres de mantenimiento de locomotoras instalados en San Luis Potosí y de las miles y miles de hectáreas de reservas territoriales con que contaba la empresa paraestatal.
La cloaca completita, pues.
MEXICANA EN EL LIMBO
En afán de lavarse las manos frente a los reclamos del Gobierno Federal, el Banco Nacional de Comercio Exterior y Banorte, a quienes debe en conjunto mil 500 millones de dólares, la firma tenedora de Mexicana de Aviación, Nuevo Grupo Aeroportuario, renunció a la posibilidad de un concurso mercantil al negarse a pagar los honorarios del visitador nombrado al efecto.
La maniobra tiende a crear una cortina ante el procedimiento poco ortodoxo con que se constituyó la firma en la fase previa a la caída de la primera empresa aérea del país.
La idea de los accionistas, encabezados por Gastón Azcárraga Andrade, era cobijar un escenario bajo el cual pudiera separarse a las filiales en la firma, es decir Click y Link, de cualquier liga con ésta, es decir protegerlas en caso de embargo.
PEMEX CIEGO Y SORDO
Ofrecido el 10 de mayo pasado a la población por el director de Pemex Gas y Petroquímica Básica, Jordy Herrera, el compromiso de cerrar el gasoducto de 15 kilómetros y 14 pulgadas de ancho que cruza gran parte de la ciudad de Guadalajara, hasta hoy las palabras se las ha llevado el viento.
A quién le importa el punto de acuerdo promovido por el senador panista Ramiro Hernández García para exigirle a Pemex agilizar la tarea, o un estudio realizado por el Centro de Investigación Internacional Batelle en que se advierte de peligro latente de explosiones.
¿Nos esperamos a que ocurra una de ellas?