Sobreviviente. Jesús Herrera narró a detalle su vivencia durante el terremoto registrado ayer en Chile.
"En Durango nunca pasan estas cosas, ni te imaginas lo que realmente se siente cuando lees en los periódicos o ves en la tele que hubo un terremoto", cuenta Jesús Herrera, un duranguense que radica en Chile y que sobrevivió a la tragedia que sacudió aquel país la madrugada de ayer.
"Todo el día ha sido sobre el terremoto por acá en las pláticas y en las noticias. Escuché que el movimiento comenzó a las 3:34 de la mañana, que el epicentro fue en Concepción y que el grado máximo alcanzó los 8.8 en la escala de Richter", comenta vía telefónica en exclusiva para El Siglo de Durango.
Concepción, añadió, se encuentra a unos 400 kilómetros al sur de Santiago de Chile, sin embargo la fuerza del siniestro logró partir edificios y causar una conmoción entre los chilenos.
"Yo estaba dormido, me desperté por el fuerte sonido del movimiento de la tierra, que se asemejaba al ruido de un camión grande de carga. Luego los gritos de la gente y sentir que temblaba la tierra me avisaron qué era lo que pasaba".
Dentro del departamento donde vive Jesús, en el décimo piso de un complejo habitacional, las cosas se cayeron de las repisas y mesas. "Dicen que duró de dos a tres minutos y medio. Yo sentí que duró como un minuto, pero me tocó la parte más fuerte".
Sin bajarse de la cama, Jesús esperó a que pasara el terremoto. Al terminar pudo bajar y verificar que todo estuviera bien en su casa.
"No había luz ni agua. Las reconectaron en la mañana. El teléfono estaba saturado y era muy difícil comunicarse, mas no imposible. En la calle vimos que sí había estado muy fuerte el sismo. Aquí cerca hay un edificio que terminó ladeado, ya para demolerse, porque quedó completamente inhabitable". Finalmente, Jesús Herrera comunicó a sus padres Ana María Favela y Agustín Herrera, que se encuentra sano y salvo. "Ya hablé con ellos por teléfono, en verdad, por el momento no hay de qué preocuparse".
