Altruismo. Para ser socorrista se requiere tener un verdadero espíritu de servicio hacia sus semejantes. EL SIGLO DE TORREÓN
A diario exponen sus vidas, al circular a bordo de la ambulancia para tratar de llegar rápido y auxiliar a la persona que en esos momentos está requiriendo de su ayuda profesional, pero es una actividad que les llena de satisfacción cuando logran salvar una vida, aseguran los socorristas de la benemérita institución de Gómez Palacio.
"Me acuerdo que mi primer servicio, hace ya 19 años, fue un sábado en la tarde y acudimos a la carretera Jabonoso, a una volcadura de una camioneta y encontramos varias personas muertas, despedazadas. Tuvimos que andar recogiendo los brazos que se había amputado uno de ellos. Fue algo muy impresionante y yo pensé que no volvería al día siguiente, pero ya pasaron 19 años y aquí sigo", dice Petrita Galindo, quien se desempeña ahora como radio operadora.
La coordinadora de personal, Guadalupe Guzmán Martínez, con nueve años dentro de la Cruz Roja, menciona que les toca ver de todo en el desempeño de su actividad, desde partos hasta accidentes horribles, "pero la satisfacción es ver que hiciste algo para que una persona o varias se salvaran".
En la actualidad hay 54 elementos en el cuerpo de socorrismo, la mitad de ellos son voluntarios y el resto perciben una remuneración, aunque no es mucho, 1,300 pesos a la quincena para los paramédicos con un seguro de vida de 200 mil pesos, pero no gozan del servicio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Petrita menciona que se atienden alrededor de 30 servicios diarios, pero los días festivos, como el 15 y 16 de septiembre, el 20 de noviembre, o en Año Nuevo, el trabajo se incrementa demasiado.
Todos los socorristas reciben capacitación antes de entrar al servicio como voluntarios, luego algunos les apasiona y se quedan.
GUADALUPE GALVÁN
Coordinadora de personal