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Sólo un ciego se metería

EL FILÓSOFO DE GÜEMEZ

Con un saludo respetuoso para

Gloria M. Vitela Campa

De las 16 frases iniciales que el viejo campesino de allá mesmo tenía, como su cronista, con el paso del tiempo he trabajado para el Filósofo de Güémez en tres caminos:

1. La vertiente política,

2. La espiritual y

3. La del humor.

En la vertiente política, el viejo Filósofo de Güémez afirma que el grave problema que nuestro país vive no es la ausencia de las grandes reformas que nos incorporen con éxito en un mundo cada vez más competitivo con reformas como: la del Estado, o la política, o la reforma fiscal, o la laboral, o la energética o la educativa o la indígena.

Más bien lo que al país le falta, es un gran pacto nacional para la reconciliación, que una a todos los actores políticos nacionales en torno a un proyecto común de nación, sabiendo que un país no reconciliado, es una patria que pierde.

Falta que nuestros líderes partidistas nacionales, dejando a un lado la defensa de una partidocracia que agravia por sus prebendas, dejen por el momento de pensar en sus cotos de poder, para cavilar con la altura de miras y visión de gran calado, como lo hizo el héroe insurgente Vicente Guerrero, que ante el ofrecimiento de poder y riqueza hecho por su padre a nombre de los españoles, patrióticamente se limitó a decir: "La Patria es primero".

Lo que nos falta es que nuestros legisladores federales, en plena conmemoración del centenario y bicentenario de dos gestas heroicas, aprendan de la historia, frente a las innumerables crisis que México sufre: la de seguridad pública, la económica, la de ausencia de resultados en el Congreso, la del desempleo, la de recaudación fiscal, etc.

Crisis que generan innecesariamente una falta de credibilidad en los actores políticos nacionales y que colocan al sistema político al borde de ser rebasados por la incompetencia.

¿Qué aprendan de la historia? ¡Sí! Que tengan la sapiencia y con ella la humildad -que mucho les falta- de asimilar las lecciones de patriotismo que nos legaron los hombres que forjaron nuestra nación.

Bástame un ejemplo, el del constituyente de 1917, al que Carranza envió un proyecto de reformas a la Constitución de 1857, ellos en un acto de congruencia revolucionaria, supieron interpretar su momento histórico y superando las naturales diferencias de los grupos revolucionarios -villistas, zapatistas, carrancistas, obregonistas- entregaron al país la constitución de 1917, en la que plasmaban las aspiraciones de los millares de hombres que habían ofrendado su vida por la revolución.

Los constituyentes de 1917 tuvieron la sabiduría y con ella el patriotismo de dejar a un lado sus diferencias personales, y pensando en los intereses superiores de la patria, conjuntar en un mismo texto por primera vez en el mundo constitucional, las garantías individuales y las sociales.

Me parece que nuestros líderes políticos nacionales están ciegos y no ven un mundo pleno de oportunidades que se abre si tienen el patriotismo de unirse en torno a un proyecto común de nación; lo del ciego me recuerda cuando en la plaza de Güémez el Solovino platicaba con el Ovárico y le decía:

-Compadre ¿Qué harías si una noche al llegar a casa encuentras a tu vieja con otro hombre en pleno coloquio amoroso en tu cama?

-¿Que qué haría? Inmediatamente tomo el bastón del infeliz y mato a su perro y a él.

-Cálmate ca'ón, pero ¿Cuál perro y cuál bastón?

-Pos el del ciego, ¡Es que sólo un 'inche ciego se metería con mi vieja!

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