Lo que los estadounidenses denominan como "Día del Juego" aparece en la vida cotidiana del ciudadano norteamericano como un ritual: sobretodo en el futbol americano colegial se aplica este concepto, en donde las pequeñas ciudades que poseen una universidad con franquicia en la liga colegial, se abocan prácticamente todo el día, no sólo en el juego en sí, sino en las diferentes actividades que se pueden realizar en torno a él como parte de la vivencia del partido.
Algo así ha querido vender la directiva del Santos Laguna a la afición guerrera con los juegos del Santos, aludiendo en numerosas entrevistas a que en Estados Unidos así se vive el deporte. En otras palabras: invertir toda la mañana en llegar al estadio, pasar toda la tarde dentro del mismo, hacer de tripas corazón a la salida con el caos vial. Pero lo que no podemos perder de vista es que el poder adquisitivo del ciudadano común norteamericano sobrepasa por mucho al del lagunero: es decir, un gabacho se puede permitir pasar todo el día en el estadio, mientras que la economía nacional se esfuerza apenas por comprar los boletos, y ya ni pensemos si van en familia...
Hoy es uno de esos días esperados cada año: domingo de televisión, comida, botana y emociones: si el partido tiene el tono que han tenido los últimos 3 supertazones, seremos testigos de un magistral espectáculo, y no sería extraño teniendo a Peyton Manning y Drew Brees como los principales actores. Acrobáticos aéreos, además. Fueron los Potros de Indianápolis y los Santos de Nueva Orléans los equipos más regulares de la liga y merecedoramente esta tarde se enfrentarán ante los ojos del mundo. Por si algo faltara, el legendario grupo The Who se presentará al medio tiempo.
Aunque Indianápolis luce como el candidato para llevarse su segundo anillo, me inclino porque los Santos de Nueva Orleáns debuten (que de hecho lo hacen en un Super Bowl) como los nuevos monarcas de la NFL. Se aceptan reclamaciones.
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