El viernes pasado, mis compañeros comentaristas de Tv Azteca y su siempre servidor fuimos invitados por el Club Santos Laguna a tomarnos la foto oficial con el equipo afuera de la Parroquia de Todos los Santos. Después de la sesión entramos al estadio para disfrutar de una velada entre jugadores, cuerpo técnico, medios de comunicación, patrocinadores y algunos afortunados aficionados. Sigo aplaudiendo la apertura que ha mostrando la institución en los últimos meses por reunir las partes que conforman a Santos Laguna y al menos intentar la armonía entre ellos.
La noche fue de risas, recuerdos, cortesía y amabilidad. De cena y un poco de bebida. A pesar de que en algunos puntos de vista discordamos, tuve la oportunidad de platicar con la directiva santista, quienes se muestran optimistas por lo que depara el torneo que está a punto de comenzar.
Opiné que si Santos era fuerte en el torneo pasado, en este, con la incorporación de Benítez y Rodrigo Ruiz, es el plantel más fuerte del futbol mexicano. Y que si la temporada pasada Santos quedó subcampeón por una travesura muy cruel del destino, ahora está para salir campeón y nada más.
Lo pienso bien y reescribo: sí está para algo más. Es hora de que Santos Laguna además de ganar el título tenga una actuación ya no sobresaliente, como casi siempre ocurre, sino histórica, digna y verdadera, en un evento internacional, ya que se presentará la oportunidad nuevamente en la Concachampions.
Romano puede presumir del mejor plantel que ha tenido en su carrera como director técnico. Hombre por hombre las líneas guerreras son impresionantes, incluida la banca. Ahora de él depende saber manejar las piezas y no desajustar lo que la lógica futbolística indica: los jugadores defensivos de defensas; los mediocampistas con diferentes funciones, pero en medio campo; los delanteros adelante. El futbol no es tan complicado como algunos entrenadores piensan.
La Copa del Mundo existe para exponer cómo se juega el futbol moderno. Ni España ni Holanda experimentaron alineaciones ni improvisaron posiciones y llegaron felizmente a la final. Los que quisieron inventar el agua de limón, como México, se vieron sumidos en el fracaso. Por eso le deseo a Santos Laguna, a su entrenador Romano y a los jugadores, que absorban los aspectos positivos de la élite mundial en el futbol. Que imiten la entrega, gran idea dentro de la cancha y corazón que tuvieron los españoles. Sé que material dentro de los Guerreros existe. Sé que hay la disposición, voluntad, intención y amor por la camiseta. De otro modo sería como hablar con un olmo sabiendo que es incapaz de producir peras.