Además del excelente plantel con que cuenta Santos, ha sido clave en el excelente inicio de los Guerreros que en el banquillo se encuentre Rubén Omar Romano, que ha demostrado poseer la habilidad de leer a la perfección los partidos, cualidad de la que carecían visiblemente los dos entrenadores que dirigieron antes que él.
Sigue la discusión de la mentada, famosa y trasnochada línea de 5 en el fondo, que a nadie le gusta más que al propio entrenador santista. En el partido ante Pumas, los felinos agredieron con todo peligro a la defensiva guerrera especialmente por el lado izquierdo, pues con tanto defensa amontonado, se entorpecían y estorbaban ellos mismos, en particular Baloy, Olvera y Morales, que fueron rebasados por esa banda con tangible facilidad, situación que ocasionó jugadas de peligro de los Pumas que de milagro, por un osote de Cacho y por la ya acostumbrada buena actuación de Oswaldo, no se vieron reflejadas en el marcador.
Afortunadamente Romano se percató de esto y modificó muy temprano, aún en el primer tiempo. Sacó a Olvera para darle entrada al Chema Cárdenas y el cambio en la formación, distribución y accionar del equipo fue bien recibido, pues de inmediato el equipo contrarrestó el ataque felino y con un poquito de fe y de ciencia llegó la goleada.
No estoy tratando de encontrar el arroz negro en un comienzo épico y hasta histórico que está viviendo Santos Laguna. Dos goleadas en los primeros dos partidos es una estadística que pocos equipos mundialmente pueden presumir. Lo que busco es detectar el talón de Aquiles de este impresionante Santos para que pueda ser corregido a la brevedad y el sueño del cuarto campeonato llegue, pues en lo particular, aun con la distancia, pero con el plantel con que se cuenta, jamás lo vi tan plausible.
Sin embargo, tras la necesidad de incorporar a Uriel Álvarez a la central, por aquello de la acumulación de minutos en los menores, parece que Santos seguirá jugando con tres centrales, pues no veo cómo puedan ir a la banca Lacerda o Baloy. Creo que lo ideal sería que un mediocampista juvenil fuera quien cosechara los minutos, pues el equipo se desacomodaría menos sacando a Cárdenas o Arce, para cumplir las mismas labores de contención, posición por posición y no teniendo que reacomodar y reajustar todo un sistema que de por sí ya está funcionando bien y que no tiene tanta necesidad de recibir mano. Sólo estos detalles, por lo demás, parece que nos espera una temporada quirartesca con racimos de goles para beneplácito de la afición.
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