Como cualquier otra dependencia de salud, el consultorio dental hace frente a desafíos especiales en la prevención de la diseminación de enfermedades infecciosas.
DIVERSAS ENFERMEDADES
HEPATITIS B.- es un riesgo bien reconocido para los profesionales de la salud y es transmitida por exposición percutánea o mucosa de los fluidos corporales.
Los pacientes que tienen el Virus de la Hepatitis B denominados el HBeAg además del HBsAg son los más infecciosos. El riesgo de desarrollar hepatitis clínica por el pinchazo de una aguja que haya sido expuesta a la sangre de un paciente HBeAg positivo ha sido reportado entre 22 y 31 por ciento. Si solamente está presente el HBsAg el riesgo cae hasta el 1-6 por ciento. Según la CDC, las infecciones de los trabajadores de la salud con el virus de la hepatitis B (VHB) han disminuido más de un 90 por ciento desde los años 80 debido al uso de vacunas y a la mejoría de los procedimientos para el control de enfermedades infecciosas. El CDC también indica que hubo cerca de 73,000 casos nuevos de hepatitis B en 2003 y 1.25 millones de americanos están crónicamente infectados.
HEPATITIS C.- Es causada por un virus totalmente diferente al de la hepatitis B. Aunque transportada por la sangre, parece no es transmitido con eficiencia por la exposición a la sangre. El riesgo de la infección entre trabajadores de la salud es desconocido, pero los estudios de infección entre cirujanos, odontólogos y personal hospitalario han demostrado que la prevalencia en trabajadores de la salud es similar a la de la población general (cerca de 1-2 por ciento) por lo tanto la hepatitis C no se considera una enfermedad profesional en odontología. Aunque no hay vacuna para hepatitis C, el número de nuevas infecciones en la población general ha declinado de un promedio de 240,000 de los años ochenta a 30,000 en el 2003. Muchos de estos casos son el resultado del uso ilegal de drogas.
HEPATITIS D.- El virus de (VHD) es un virus defectuoso que replica solamente en la presencia de virus de la hepatitis B (VHB). Por lo tanto, la hepatitis D se adquiere como confección con el VHB o como superinfección (infección con un segundo microbio) en una persona que ya tenga hepatitis B. Cerca del cuatro por ciento de personas infectadas con VHB también se infectan con VHD. La infección es más seria. La inmunización acertada contra la hepatitis B también protege contra la hepatitis D.
VIH/SIDA.- Aunque el VIH es transportado por la sangre, el riesgo de infección entre el personal dental es extremadamente bajo... Hasta diciembre del 2001, la seroconversión después de una exposición ocupacional se ha documentado en 57 trabajadores de la salud, ninguno de los cuales es trabajador dental. El riesgo de infección por VIH entre trabajadores de la salud es afectado aparentemente por el volumen involucrado de sangre infectada. Por ejemplo los estudios de laboratorio han demostrado que las agujas sólidas y de cavidad pequeña (como las usadas en odontología) transmiten menos sangre que las agujas de cavidad grande al atravesar un guante de látex.
La Asoc. Dental ha indicado que a finales del 2003 existía un estimado de 1,039,000 a 1,185,000 de personas en Estados Unidos viviendo con VIH/SIDA y que cerca de 40,000 personas se infectan con el VIH cada año.
PREVENCIÓN GENERAL.- La prevención de la transmisión de enfermedades de paciente a personal dental implica mantener las inmunizaciones apropiadas para los trabajadores dentales, además de evitar la exposición a los líquidos orales de los pacientes. Evitar la exposición implica la práctica de procedimientos de control de la infección, el uso de equipo protector personal, acompañados por manipulación y desecho seguro de instrumentos contaminados durante el trabajo de consulta, limpieza del consultorio, procesamiento del instrumental, trabajos para el laboratorio y desecho de basuras.
Además de algunas restricciones en el trabajo, el usar procedimientos de control de la infección puede ayudar a prevenir la transmisión de microbios de personal dental a los pacientes. Estos procedimientos incluyen usar guantes para prevenir que los microbios de las manos entren en la boca del paciente; usar máscaras para prevenir la posibilidad de que las gotas respiratorias de los trabajadores entren en contacto con el paciente y eliminar la posibilidad de heridas que puedan causar sangrado directo desde el trabajador hacia la boca del paciente.
En resumen, hay potencial para la diseminación de infecciones en el consultorio, que implica varias vías de contagio: del paciente al personal dental, del personal dental al paciente y del paciente a otros pacientes. La mayoría de formas de contagio pueden ser prevenidas usando las técnicas apropiadas de control de infección.