Los precios al consumidor en Estado Unidos registraron un repunte de 0.3% en julio del presente año, luego de observarse tres meses consecutivos de saldos negativos. Tal situación descarta la posibilidad de que la economía estadounidense entre dentro de un proceso de deflación prolongado, con la perspectiva de afectar el crecimiento económico por el consumo deprimido.
La inflación había disminuido en abril 0.1%, en mayo 0.2% y en junio 0.1%, situación que puso a los analistas nerviosos porque la principal economía del mundo podría ingresar en un ambiente de deflación, que desde el punto de vista económico no es conveniente porque tardaría trimestres consecutivos en registrar un repunte, como es el caso de la economía de Japón que después de caer en deflación no ha podido mantener un ritmo de crecimiento sostenido. El repunte de la inflación aparentemente no preocupará a la Fed en la próxima reunión, donde lo más seguro es que no realice cambios en la política monetaria, es decir, mantendrá el mismo nivel de la tasa de referencia que se encuentra en estos momentos en 0.75%, aunque existe la perspectiva de una ajuste a la baja para evitar una fuerte desaceleración.
SUBEN LAS VENTAS 0.4%
Las ventas minoristas en Estados Unidos crecieron 0.4% en julio de 2010, aunque salieron por debajo de las estimaciones de los analistas que esperaban un repunte por arriba del 1%. El Departamento de Trabajo estadounidense dijo que el aumento se concentró básicamente en la venta de autos y en las gasolineras, lo que sugirió que la tendencia subyacente del gasto del consumidor se mantenga débil.
Mejora la confianza
La confianza del consumidor en Estados Unidos aumentó a 69.6 puntos en agosto, de las 67.8 unidades que registró en julio, de acuerdo con una medición parcial difundida por la Universidad de Michigan. El índice se ubicó por encima de las expectativas del mercado, aunque las respuestas de los encuestados aún reflejan poco optimismo respecto a una mejora de la economía en el mediano plazo.
El alza parcial de este mes representa un notable cambio en la confianza de los consumidores, que en julio descendió a su menor nivel desde noviembre pasado.