Las tiendas de animales han triplicado o cuadruplicado la venta de serpientes no venenosas en Rangún, la antigua capital y principal urbe de Birmania (Myanmar), para combatir una plaga de ratas, informó la revista "Irrawaddy".
La creencia popular es que un ofidio en casa ahuyenta a estos molestos roedores y no necesita excesivos cuidados, se puede mantener en una caja y su alimentación está garantizada con un poco de leche si ese día falló la caza.
Los precios por una serpiente inofensiva para el hombre rondan en los comercios entre los mil 500 y tres mil kyat (hasta tres dólares o 2.3 euros).
Una persistente sequía es la causa atribuida por las autoridades al inusual número de ratas avistadas en Rangún y sus zonas aledañas.
El Lejano Oriente y el Sudeste Asiático son probablemente los lugares de origen de la ratas negra (rattus rattus) y gris (rattus norvegicus), según los científicos.