La decisión de elevar los precios de los bienes públicos, sobre todo uno tan sensible como el de las gasolinas, no es fácil ni popular, pero sí responsable, sostuvo el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Ernesto Cordero Arroyo.
La decisión de elevar los precios de los bienes públicos, sobre todo uno tan sensible como el de las gasolinas, no es fácil ni popular, pero sí responsable, sostuvo el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Ernesto Cordero Arroyo.
'Estamos conscientes de que incrementar cualquier precio de los servicios o productos que ofrece el gobierno no es una medida popular. Sin embargo, en ocasiones resulta imprescindible actuar con responsabilidad para velar por la estabilidad, el crecimiento y la equidad', añadió al comparecer ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Acompañado por el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, dijo que la decisión de aumentar los precios de las gasolinas obedece a la voluntad de cumplir con el Presupuesto de Egresos de la Federación que estableció el Congreso de la Unión.
Recordó que los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para 2010, presentados al Congreso de la Unión, señalaban que la política de precios y tarifas de los bienes y servicios públicos se definirán tomando en cuenta criterios como la relación precio-costo, los precios de referencia nacional e internacional y la tasa de inflación.
Además, los CGPE presentado al Congreso en septiembre de 2009, mencionaban que 'para evitar impactos abruptos sobre los niveles de inflación, los ajustes a los precios y tarifas que se apliquen serán periódicos y graduales'.
Expuso que el monto de subsidio para los combustibles incluido en el paquete económico para 2010 implica necesariamente la reanudación de la política de deslices periódicos. 'Estos para hacer frente al Presupuesto de Egresos aprobado por la Cámara de Diputados con oportunidad', dijo.
Precisó que la política de deslizamientos graduales de los precios públicos de los energéticos en México no es nueva porque se ha sostenido desde hace prácticamente dos décadas, y ha permitido mitigar la enorme volatilidad de estos precios a nivel internacional y mantener finanzas públicas sanas.
'El deslizamiento gradual en el precio de los combustibles nos ha permitido amortiguar los cambios para los consumidores al tiempo que se hacen ajustes graduales en función de la realidad económica y del estado de las finanzas públicas', comentó Cordero Arroyo.
Comparó que mientras en Estados Unidos el precio de la gasolina subió de 1.64 dólares a 4.10 dólares por galón en un periodo de seis meses en 2008, en México el precio de la gasolina Magna pasó gradualmente de 7.24 a 7.64 pesos por litro en igual lapso.
El secretario de Hacienda afirmó que los incrementos observados en los combustibles durante 2009 fueron bastante moderados frente a otros años y, de hecho, si tomamos en cuenta la inflación, el precio real de la gasolina Magna disminuyó.
Informó que el incremento nominal durante 2009 fue de 1.3 por ciento. Adicionalmente, el ajuste del primero de enero de 2010, de ocho centavos en la gasolina Magna, nueve centavos en la Premium, y ocho centavos en el Diesel, está vinculado directamente con el ajuste en la tasa del IVA en 2010, que subió de 15 a 16 por ciento.
'Retrasar estas decisiones que si duda son difíciles puede llevar a rezagos que requieran ajustes mayores en los precios que les cueste más trabajo a las familias asimilar', advirtió ante los legisladores.
Por ello, sostuvo, estos incrementos son moderados sobre todo si se comparan con los aumentos por encima de 60 por ciento que ocurrieron en la década pasada en las épocas de crisis.
Destacó que la inflación registra al cierre de 2009, de 3.57 por ciento, uno de los niveles más bajos en al menos 35 años, como lo publicó hoy el Banco de México, ya considera los deslices a las gasolinas y el diesel que se llevaron a cabo en diciembre pasado.
No obstante, dijo, al cierre de 2009 los precios de los combustibles en México se ubicaron 12 por ciento debajo de lo observado en Estados Unidos, ante lo cual el país no puede aislarse ilimitadamente de la realidad económica global y ello requiere ajuste a la política de precios públicos.
De no reanudar la política de deslizamiento de los precios de las gasolinas y el diesel durante 2010 en nuestro país, se estima que el costo del subsidio se ubicaría alrededor de 60 mil millones de pesos, informó.
Ejemplificó que esto equivale al presupuesto del Programa Oportunidades que beneficia a 26 millones de mexicanos, y a tres veces el presupuesto de la UNAM.
'Es claro que no es una decisión fácil o popular elevar los precios de los bienes públicos, sobre todo uno tan sensible como el de las gasolinas. Sin embargo, es una decisión responsable', insistió el funcionario sobre los recientes incrementos.
Estos incrementos en los precios de los combustibles ya se encuentran incorporados en las últimas estimaciones del Banco de México (Banxico), sobre el impacto de la reforma fiscal y de la política de precios y tarifas sobre la inflación en 2010.
Expuso que las expectativas de inflación del Banxico para 2010 se ubican en un promedio de entre 4.75 y 5.25 por ciento para el cuarto trimestre de 2010. Además, las expectativas para 2011-2014 se revisaron a la baja una vez aprobada la reforma para fortalecer el marco fiscal del país.
Cordero Arroyo insistió en que el objetivo del ajuste a los precios de los combustibles no es recaudatorio, 'la decisión obedece a la voluntad de cumplir con el Presupuesto de Egresos de la Federación que estableció con responsabilidad el Congreso de la Unión'.
Resaltó que la reanudación de la política de deslizamiento gradual en los precios públicos permitirá financiar las prioridades de gasto para el combate a la pobreza, la educación, la infraestructura, entre otros destinos.
Señaló que el Ejecutivo Federal está comprometido con el objetivo de impulsar un crecimiento económico sólido que permita generar empleos y mejorar las condiciones de vida de la población mexicana.
Para ello, manifestó en su intervención inicial en esta comparecencia, la Secretaría de Hacienda trabaja activamente para consolidar la reactivación económica a través de un manejo de finanzas públicas prudente, responsable y disciplinado.
'Es nuestra responsabilidad buscar soluciones que nos permitan hacer frente a los compromisos de gasto, sin poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas. Lo anterior permitirá a los mexicanos generar los ingresos necesarios para vivir mejor y los empleos que tanto se necesitan', concluyó.