El reportaje que Meta, Sección Deportiva de El Siglo de Torreón, publicó en su edición de ayer viernes 17 de septiembre, sobre el propósito de un grupo de aficionados a la fiesta brava, todos ellos hombres de empresa y negocios, de darle vida a la Monumental Plaza de Toros Torreón, ahora "Valente Arellano", originó muchos comentarios, en su mayoría favorables y uno que otro reclamo.
El objetivo de la información es darle a conocer a los aficionados a los toros, que en estos momentos se está trabajando en la remodelación del inmueble que tiene más de dos años inactivo y que muy pronto (25 de noviembre), en el 76 aniversario del coso de la colonia Moderna, será re-inaugurado con un evento taurino.
Mientras tanto, los ahora empresarios, que se harán cargo de la administración de la Plaza, con el aval de los propietarios del inmueble, han determinado ponerle el nombre de "Valente Arellano", sin que pierda la esencia de Monumental Plaza de Toros Torreón, en memoria de ese malogrado matador de toros lagunero que se nos adelantó en el camino siendo muy joven y en el inicio de su carrera.
En el mismo reportaje se habla de la cantidad de indultos (24) que se han dado en el coso de la colonia Moderna, desde el año de 1965 hasta el 2006, datos que conseguimos de la estadísticas que llevaba el conocido cronista taurino, colaborador de El Siglo de Torreón, José Trinidad Sánchez "Tino" (qepd).
Asimismo, comentamos del número de festejos que en diez años (1965-1975) se dieron, incluyendo a las figuras del toreo que pasaron por ese coso taurino, tan lleno de historia y remembranzas.
Cuando nos referimos a las alternativas otorgadas en ese inmueble, se plasma muy claro que fue desde 1965 (septiembre 16), año en que el lagunero Ricardo Castro se doctoró como matador de toros de manos de Alfredo Leal llevando de testigo a Raúl Contreras "Finito", con astados de Valparaíso, y hasta el año 2000.
Seguramente en las fechas cometimos algún error y omitimos algunos nombres, pero es involuntario porque así nos pasaron la información, pero nunca de mala intención.
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