Las aguas irrumpían en los vecindarios de la llamada Ciudad de la Música y amenazaban su corazón histórico, mientras las autoridades empleaban botes y canoas para rescatar a residentes atrapados en casas inundadas, tras un fin de semana de tormentas que dejaron 21 muertos en Tennessee, Mississippi y Kentucky.
Las autoridades de Nashville temían ayer que aumente el saldo local de muertos mientras el río Cumberland se desbordaba. Algunas casas asemejaban islas, rodeadas de agua marrón.
El Centro de la ciudad, que data de más de dos siglos atrás, y que hoy está ocupado por bares y restaurantes, estaba casi desierto luego de ser evacuado.
"Es un 'shock' ver esto así, pero fue una tormenta increíble", dijo el alcalde Karl Dean durante un recorrido por las zonas inundadas del Centro de la ciudad.
Las autoridades de Tennessee esperan que haya más víctimas mortales y que el Cumberland, que serpentea por dentro de la ciudad, crezca más de tres metros.
Miles de personas se alojaron en refugios de emergencia, incluyendo a cerca de mil 500 huéspedes de un centro vacacional, quienes pasaron la noche en una escuela secundaria para escapar de las inundaciones. El complejo turístico Gaylord Opryland permanecerá cerrado por tiempo indefinido, dijo la vocera del hotel Kim Keelor
A pesar de los pronósticos de tormenta, la devastación fue mayor a la esperada.
El gobernador de Tennessee, Phil Bredesen, dijo que se trata de un "hecho lluvioso sin precedentes".
Bredesen afirmó que los funcionarios saben que es posible que se encuentren más muertos cuando las autoridades puedan hacer una primera evaluación del daño luego de un fin de semana de rescates y emergencias.
