Daños. Vista de barcos de pesca prácticamente hundidos en la costa de Mariveles, en la provincia de Bataan. EFE
Grandes extensiones del norte de Filipinas continúan anegadas por la lluvia que descargó el primer tifón de la temporada, con un balance de 36 muertos y 46 desaparecidos, sin que el agua caída sea suficiente para llenar los embalses y paliar la fuerte sequía.
El Consejo Nacional de Coordinación de Desastres indicó que además hay 18 heridos y 8,918 personas desplazadas y acogidas en campamentos de evacuados.
El tifón "Conson" llegó a Manila sin que su población fuera advertida, como otras veces y dejó a su paso destrucción en las míseras barriadas de chabolas de la capital filipina, las que más padecen la sequía que afecta al país desde hace varios meses.
Rodolfo German, director de la presa Angat, que suministra el 97% del agua potable consumida por los más de once millones de habitantes de Manila y abastece el riego de unas 27,000 hectáreas de arrozales de la región, se lamentó que "llovió relativamente poco en la zona del embalse".
"Los niveles subieron ligeramente durante tres horas por el tifón, pero después reiniciaron su caída, lo único bueno es que el agua baja más lentamente, pero seguimos por debajo del nivel crítico, con sólo 157,5 metros de profundidad", precisó.
Este nivel es el más bajo en los últimos doce años.
Además, el tifón "Conson", que se degradó a tormenta tropical, amenazaba ayer a las provincias de Hainan y Guangdong, en el sur de China.