Los mexicanos podemos aprender mucho de Venezuela.
La entrada de Hugo Chávez al poder se debe en buena medida a que el pueblo de Venezuela estaba ya cansado de tantos gobiernos corruptos, y de ver cómo sólo unos cuantos se repartían el poder, ¿le suena familiar?
La primera lección es: Las carencias de la clase más pobre y la inconformidad de los empresarios de clase media es un caldo de cultivo fértil para al surgimiento de líderes populistas. No se puede negar que la gente ordinaria tiene un límite y en el caso de México ese límite sigue estando muy cerca.
En las ultimas elecciones para presidente de México, las dos cosas se conjuntaron de tal forma que los mexicanos estuvimos a muy poco de haberle dado entrada a los Pinos a López Obrador, quien para muchos parecía ser un Chávez a la mexicana.
Una segunda lección que podemos aprender de nuestros amigos venezolanos, es que la oposición nunca se debe dar por vencida y nunca debe ceder los espacios, por pocos espacios que se tengan.
En 2005 la oposición de Venezuela hizo su rabieta y se retiró de las elecciones cuando su frustración había llegado al límite. El fraude electoral, el control absoluto de los medios de comunicación y la manipulación de la gran masa de pobres, provocó la frustración de la oposición a tal grado que se retiraron por completo y dejaron los espacios libres para el PSUM, el partido de Chávez en el poder.
Esa deserción en masa le permitió a Chávez ocupar los espacios vacíos y modificar la Constitución. Hoy existen cientos de empresarios que les han expropiado no sólo sus tierras sino también sus negocios. En los últimos 5 años la lista de negocios expropiados en Venezuela incluye hoteles, industrias, ranchos con ganado y miles de hectáreas.
Con un gran esfuerzo y casi nada de recursos la oposición ha retomado en las últimas elecciones algunos de los espacios que había dejado en 2005. Ahora Chávez se siente muy molesto y ha acelerado el proceso de expropiar más negocios, ahora emprende abiertamente una gran cruzada contra el poco capitalismo que aún queda en Venezuela.
Los médicos piensan que ellos serán el próximo sector afectado; si esto sucede las clínicas y consultorios de particulares pasarían a ser propiedad del Estado y todos los médicos y especialistas pasarían a ser empleados del sistema de salud, ¿Qué tal eh?
Para Hugo Chávez nada ha sido más efectivo que la división de la sociedad venezolana, la polarización de los sectores económicos. Su discurso es simple: no deja de hablar de las injusticias que sufren los pobres y los abusos que han cometido los ricos, un sofisma fácil de entender y repetir.
Los mexicanos deberíamos vernos en ese espejo. La mexicana es una democracia muy joven y que aún está muy lejos de consolidarse en las instituciones.
Finalmente la última lección es que en los países como en las familias los problemas graves entran generalmente por la ventana de las carencias fundamentales más básicas: falta de alimentos, seguridad, salud y educación.
Venezuela sufre ya la falta de alimentos, no es raro que inclusive en los hoteles de lujo haya días en que falte leche, carne, azúcar y otros alimentos básicos. Los apagones por falta de electricidad son comunes inclusive en las grandes ciudades como Caracas.
Los secuestros de hijos de empresarios son de lo más común que han dejado de ser noticia, el robo de casas habitación ha llevado a la población de clase media a poner rejas de fierro adentro de sus propias casas, para impedir el acceso a las habitaciones.
Son estas carencias las que finalmente le quitarán algún día el poder a Hugo Chávez, y son las mismas que sacarán al PAN de Los Pinos.
Los políticos priistas lo saben y no pueden ocultar su felicidad, se les nota en cada reunión y en cada acto público. Saben bien que la población está cansada y que el límite de la frustración está muy cerca, es su gran oportunidad y no piensan dejarla pasar.
Decía el escritor irlandés George Bernard Shaw (1856-1950): "La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos".
