Sátira. A propósito de las celebraciones del Bicentenario, en el teatro mexicano se reflejan las verdades ocultas detrás de la historia que comúnmente conocemos.
MÉXICO, D.F.- Alguien nos ha estado engañando. Josefa Ortiz de Domínguez no fue la mujer abnegada y de gesto adusto que aparecía en las monedas. La División del Norte de Pancho Villa no sólo estaba integrada por adultos. La mejor forma de describir a “Las Adelitas” no es como una María Félix caminando al pie del caballo que su hombre cabalga orgulloso. Las estampas de las monografías serían más fieles a la historia si contaran los días de la decena trágica como una tragicomedia épica de corte brecthiano y no como un melodrama de héroes y villanos.
La historia oficial de la Independencia y la Revolución que se ha enseñado desde hace ocho décadas tiene errores y malinterpretaciones que ahora, justo con el pretexto de la celebración del Centenario y el Bicentenario, se evidencian en varias obras de teatro.
El romance del águila y la serpiente
“Mi marido está borrachísimo y no sirve para nada”, recita la Adelita de la obra de teatro La Inaudible Historia de México montada por la compañía Seña y Verbo. Alejandra Montalvo, directora de desarrollo de esta compañía fundada por actores ciegos y sordos hace más de dos décadas dice en entrevista: “Presentamos una visión irónica y medio pirada acerca de la historia de México, incluidas escenas de Miguel Hidalgo con el estandarte de la Virgen de Guadalupe y el pasaje de los aztecas que llegan a Tenochtitlán, pero en lugar de un águila devorando una serpiente, se encuentran con que estos animales no están como nos han dicho sino en posiciones más bien eróticas”.
‘Una historia mocha’
En el archivo de los Hermanos Casasola, la División del Norte aparece como un ejército bien alineado y la imagen de Pancho Villa siempre con traje militar y botas de dos piezas.
El dramaturgo Antonio Zúñiga encontró un hueco en este mito: la División del Norte reclutaba también a niños de 10, 11 y 12 años que eran sacados de las escuelas, se les daba un arma y se les ponía a combatir en el frente.
Y esos niños, casi siempre, morían. Zúñiga reunió las vidas de esos niños en una obra que se ha montado desde hace un lustro en escuelas primarias y secundarias de toda la República y que ahora tendrá una temporada en ciudades del Norte con motivo de la celebración del Bicentenario: “El texto aborda temas especialmente crueles, incluyendo la muerte de muchos de esos niños, lo cual podría parecer un elemento innecesario en una obra infantil. Pero el público de niños resulta mucho más inteligente de lo que los adultos suponemos; lo entienden perfectamente y lo asimilan con reflexiones profundas”.
La obra se llama Los Niños de la Bola y se ha convertido en una forma de homenaje a esos “niños héroes” de la Revolución que no aparecen en las biografías de Pancho Villa.
Es la misma intención que tiene el director de escena Emanuel Márquez con el montaje Cállate, Josefa: “Hoy día nos enfrentamos al hecho de que a nuestros niños se les enseña una historia mocha y por ello, es importante que los artistas mantengamos el dedo en el renglón, en lo que se refiere a qué es lo que nos identifica como mexicanos”.
Estas tres obras están dirigidas al público infantil y Alejandra Montalvo, directora de desarrollo de Seña y Verbo, dice que, en última instancia, la celebración del Centenario y el Bicentenario debería provocar en los niños una reflexión sobre el presente: “Si las Adelitas se tenían que ir a la Revolución porque sus esposos no servían más que para emborracharse, y pasamos el asunto a la actualidad, vemos que es la misma situación que viven muchas mujeres a diario, aunque ahora no van a la Revolución con cartucheras sino a trabajar en condiciones de inequidad”.
‘Patria que nace torcida...’
Pedro Kominik dirigirá en mayo una obra también sobre la Revolución, específicamente sobre la decena trágica. Se trata de un texto que resultó luego de seis años de investigación en el que un grupo de artistas se ve obligado a adherirse a los vaivenes de los turbulentos años del Maderismo. “Elegimos esa etapa porque hay mucha movilidad política, suceden magnicidios, golpes de Estado constantes, y es ahí donde los artistas tienen que decidirse por uno u otro bando para poder ejercer su profesión”, dice Pedro Kominik.
La acción de la obra (que se montará en el Teatro Julio Castillo en agosto) se centra en los días de la decena trágica, pasaje que en la historia oficial se enseña con abosluta solemnidad. En cambio, el texto de Kóminik tiene otro enfoque: “Hay un humor negro y agridulce, pero sobre todo tiene un postura de crítica mordaz y fuerte. Me parece importante porque éste fue uno de los pocos proyectos teatrales (cuatro en total) que fueron aprobados para formar parte de los festejos del Bicentenario del Gobierno Federal. Se trata entonces, desde el punto de vista de mi proyecto artístico, de combatir al sistema desde adentro”.
Todas estas obras bien podrían agruparse bajo el slogan: “Patria que nace torcida...”, que es precisamente el título de un monólogo estrenado el año pasado, escrito y actuado por Paulo Sergio Galindo. En ella, Paulo Sergio actúa en formato de clown una breve sinopsis de la historia de México y descubre que “desde Hernán Cortés hasta Felipe Calderón” muchos personajes clave se han movido bajo una premisa de Antonio López de Santa Anna: “En política, las convicciones sólo sirven para disfrazar los verdaderos intereses”.
Y aparece entonces el general Santa Anna parado sobre un nopal y la bandera de México deshilachada a sus espaldas reclamando: “¿Y por qué a mí no me erigen una estatua o le ponen mi nombre a una avenida?”.
Pedro Kominick resume la importancia de estas obras relacionadas al Bicentenario: “Si la patria nació torcida, entonces no hay algo qué celebrar en el Bicentenario oficial, pero sí en el México que retratan estas obras de teatro”.
En ese mismo sentido, Paulo Sergio Galindo enfrenta al espectador con una pregunta: “Corrupción, narcotráfico, políticos millonarios. ¿Sabes por qué en México se repiten estas cosas una y otra vez? Porque no conoces tu pasado”.