La inteligencia artificial es una rama de la informática que ha adquirido mayor importancia a lo largo de los años.
Para muchos, la inteligencia artificial (IA) equivale solamente a tener robots que pueden pensar y realizar actividades propias de los seres humanos, al grado que sean capaces de reemplazarnos en diversos campos. Pero el concepto es más amplio. En el texto Introducción a la inteligencia artificial, el investigador Alberto Pacheco define a la IA como la automatización de actividades que se vinculan con procesos de pensamiento humano, aprendizaje, resolución de problemas, toma de decisiones, etcétera. [...] Un campo de estudio multidisciplinario que se enfoca a la explicación y emulación de la conducta inteligente en función de procesos computacionales.
Las bases primordiales de esta disciplina se remontan siglos antes de Cristo, con la lógica y los algoritmos de los griegos. No obstante, fue el matemático británico Alan Turing quien en 1950 se propuso realizar una prueba concreta para determinar si una máquina era inteligente o no. Posteriormente, en 1956, el investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets John McCarth utilizó el término inteligencia artificial mientras discutía sobre el potencial de la computadora para simular la capacidad de entendimiento humana, durante una conferencia en el Colegio Dartmouth, de New Hampshire.
Los primeros experimentos en este campo tenían objetivos poco trascendentes, por ejemplo que una computadora pudiera jugar ajedrez en el nivel de mayor dificultad o bien traducir idiomas, pero después se enfocaron en áreas como la Medicina y la automatización.
Así, en Medicina se inició con la elaboración de diagnósticos que arrojaban resultados precisos por medio de sistemas expertos, donde el especialista debía instruir a dichos sistemas con base en ciertos principios, a partir de los cuales se emitían las conclusiones; esto no implicaba prescindir de la persona, sólo permitía contar con un instrumento que ayudaba a agilizar la labor de ésta. Pronto se buscó realizar tareas humanas a través de la IA, en ramas como la robótica, el procesamiento del lenguaje natural y la lógica difusa.
PRESENTE INTELIGENTE
La inteligencia artificial tiene múltiples aplicaciones en la actualidad dentro de la vida cotidiana. Por ejemplo, en la agricultura se utiliza para controlar las plagas y manejar los cultivos en forma más eficiente. En gran parte de las industrias es una herramienta básica para las labores de inspección y mantenimiento, se emplea para efectuar montajes que pudieran resultar riesgosos para la gente. En la gestión empresarial se usa para construir sistemas que incorporen conocimiento y de esta forma ayuda a los procesos de toma de decisiones, ya que puede recomendar el mejor camino a seguir de acuerdo a sus proyecciones.
En la Medicina continúa siendo un elemento de apoyo para generar diagnósticos, pero también a la hora de supervisar la condición de los pacientes, administrar tratamientos y preparar estudios estadísticos. En 2001 se llevó a cabo la primera operación transoceánica gracias a la IA: con dos sistemas de cirugía telerrobótica, un equipo médico en Nueva York extirpó la vesícula biliar de una paciente de 68 años ingresada en un hospital de Estrasburgo, Francia.
En la automatización, la inteligencia artificial se incorpora a ciertos vehículos dándoles la capacidad de frenar por sí solos en caso de que sus sensores perciban que hay otro automóvil o un objeto de proporciones considerables al frente, con lo que potencialmente se pueden evitar accidentes. En algunas ciudades también se utiliza para la semaforización.
Además la IA no se limita a cubrir las necesidades de las grandes industrias, en casa también recibimos sus beneficios, a veces sin saberlo. Por ejemplo es gracias a ella que las lavadoras ‘saben’ cuál es el tratamiento más adecuado para las prendas, pues cuentan con sensores de carga para percibir el grado de suciedad y el tipo de materiales con los que se manchó la tela, y con base en ello determinan el programa de lavado.
Asimismo cada vez son más populares los sistemas para ‘hogares inteligentes’, que detectan intrusos, poseen sensores de calor para alertar sobre incendios, identifican escapes de gas o de agua y cortan el suministro correspondiente, controlan el clima con frío o calor, manejan alarmas, y programan los electrodomésticos, la iluminación, las persianas y hasta el riego de los jardines, reduciendo al mínimo las labores del hogar.
EL FUTURO
Según datos del Conacyt, a largo plazo el propósito es utilizar la tecnología derivada de la inteligencia artificial y la robótica para construir robots de servicio, máquinas capaces de desplazarse por las calles y oficinas para realizar tareas como distribuir el correo y transportar objetos o personas.
Igualmente se proyectan múltiples aplicaciones en otras áreas, desde incorporar en los vehículos un sistema que alerte al conductor sobre la presencia de un peatón para evitar atropellarlo, hasta el desarrollo de sillas de ruedas que tengan reconocedores de voz. En México se trabaja en el diseño de un sistema que colabore con el ámbito jurídico, mediante el apoyo a los jueces en la toma de decisiones.
Así, aunque las máquinas siguen lejos de pensar como los seres humanos, la inteligencia artificial es una realidad y poco a poco se va convirtiendo en parte de nuestra vida diaria.
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