Los mineros defraudados por Napoleón Gómez Urrutia y el dirigente de la disidencia, Carlos Pavón, consideraron que con el desalojo de la mina de Cananea se acabó el mecanismo de chantaje con el que el dirigente sindical evitaba su extradición y aprehensión.
En entrevista, el representante legal de los trabajadores que reclaman 55 millones de dólares del fondo minero, Agustín Acosta, destacó aunque nada tienen que ver con ese conflicto, que es entre la Sección 65 de Cananea y el Grupo México, el desalojo de esa mina es importante porque quita a Gómez Urrutia una herramienta de presión.