A los texanos actuales les gusta recordar los agravios mexicanos en la lucha para la separación de México, "pero se les olvida que sus antecesores eran colonos estadounidenses, la mayoría ilegales en este país", dijo la historiadora Josefina Zoraida Vázquez.
La especialista en relaciones México-Estados Unidos de El Colegio de México explicó que los mexicanos fueron despojados tras una guerra "injusta" de los territorios que actualmente forman los estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California.
Desde entonces, tanto los mexicanos que se quedaron de ese lado como los que ahora ingresan a esos territorios -legal o ilegalmente- son víctimas de un "deplorable racismo estadounidense" que renace de vez en vez, como en el caso de Arizona, dijo Vázquez.
La historiadora recordó que el 29 de este mes en Arizona entrará en vigor la Ley SB1070 que convierte en "delincuentes" a los inmigrantes indocumentados "y viola sus derechos humanos".
A su juicio, es lamentable que "ambas naciones, que comparten una frontera de 3.200 kilómetros, no hayan aprendido a convivir".
Vázquez recordó que aunque México perdió esos territorios en una guerra "injusta", también es cierto que no tuvo la capacidad para poblarlos. Actualmente la paradoja es que los mexicanos han logrado una "reconquista cultural" al "imponer" sus costumbres y su lengua en esa zona.
Vázquez, que es una de las más reconocidas investigadoras mexicanas, galardonada con el Premio Interamericano Andrés Bello y el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, explicó que en el siglo XIX México recibió con los brazos abiertos a los inmigrantes estadounidenses.
En un artículo publicado en la revista "Relatos e historias de México" (Editorial Raíces, julio 2010), la experta recordó que en 1819 el Gobierno virreinal cedió Florida a Estados Unidos a cambio del reconocimiento de la frontera de la Nueva España (actualmente México).
Además, el Gobierno virreinal permitió que los habitantes de los territorios cedidos se trasladaran a Texas como una alternativa para que salieran de los problemas económicos que los aquejaban.
La especialista agregó que a esos colonos, muchos de ellos ilegales provenientes de los estados esclavistas del sur de EE.UU., se les otorgaron muchos privilegios y maniobraron para lograr el despojo del territorio que se convirtió en el actual estado de Texas, con la complicidad del Gobierno de Estados Unidos.
"Esta medida fue parte del proceso de expansión estadounidense", aunque el Gobierno de México les facilitó el acceso, les regaló tierras, les liberó del pago de impuestos, "y les concedió privilegios que no tenían los mexicanos, todo con la idea absurda de que se convertirían en mexicanos", indicó la especialista.
Añadió que también llegaron los latifundistas del sur de Estados Unidos con la intención de mantener el régimen esclavista que tenían en sus territorios, y que en todos los territorios novohispanos, -entre estos en México- había sido abolido desde la promulgación de la Constitución de Cádiz.
"La mayoría de colonos entraron ilegalmente y no se sujetaron a las leyes españolas, y luego se quejaron de que no los dejaban practicar su religión y que México era gobernado por una dictadura", explicó.
Según dijo Vázquez a Efe, una de las principales causas de fricciones entre las autoridades mexicanas y los colonos texanos fue la prohibición de la esclavitud y la apertura de aduanas.
En el artículo "La Colonización de Texas y el mito de Álamo", la especialista recuerda la historia del proceso separatista de los texanos, que fue favorecido por "errores graves" de los mismos federalistas mexicanos, quienes confiaban en la lealtad de los colonos hacia el naciente país.
Vázquez afirmó que la Declaración de la Independencia de Texas es un documento "lleno de mentiras" que está dirigido al Gobierno estadounidense para lograr el respaldo y en el que omitieron mencionar a la esclavitud, lo que les quitaría el apoyo de los estados del norte.
En 1836 los texanos se sublevaron y declararon la independencia, lo que provocó enfrentamientos armados con el Gobierno de Antonio López de Santa Anna, quien en un descuido cayó prisionero y ordenó el retroceso de las tropas mexicanas más allá del Río Bravo.