Tengo una idea para niños de cinco o seis años que estén comenzando a poner sonido a las palabras para leer y escribir. Puede, en primer lugar, estimular a su hijo o hija a que les escriba a sus amigos o primos. Pida a sus amigos y parientes que estimulen también a sus hijos y así haya reciprocidad en la correspondencia. Desafortunadamente los pequeños no pueden siempre leer las cartas y preguntan cómo se pronuncian o se deletrean las palabras y a veces se trata de la misma palabra una y otra vez. En lugar de decirle al niño que está preguntando siempre lo mismo, lo cual podría desanimarlo (porque está demasiado pequeño para buscar en el diccionario)_encuentre otra manera de ayudarlo. Cómprele un directorio económico y sencillo con el alfabeto marcado con letras grandes y mucho espacio entre cada letra, cada vez que pregunte cómo se pronuncia una palabra, pídale que lea la primera letra de la palabra. Eso es muy fácil, así que cuando encuentren esa letra en el directorio y haga que su hijo escriba la palabra como debe ser, pídale que la repita varias veces. Esto parece que quita mucho tiempo, pero cuando él quiera saber cómo se pronuncia esa misma palabra nuevamente, sólo se fija en la primera letra y busca en la lista. Si la palabra no está ahí, sólo es cuestión de añadirla. Este libro servirá como su diccionario personal, lo cual promete independencia posterior, reconocimiento de las palabras y comienzo del procedimiento para el uso del diccionario.
EL LÁPIZ DE LAS CEJAS, UN BUEN MARCADOR
Para que no tenga que destapar los envases en que guarda diversos sobrantes y productos en el refrigerador, marque cada una de las tapas. Mis recipientes son de plástico y es imposible marcarlos, quizá pensará que habría que pegarles etiquetas, pero hay otro medio fácil y muy práctico. Solamente es necesario destinar uno de sus lápices de cejas únicamente para esto, la escritura prevalece aunque el envase esté mojado, sin embargo, si lo desea usted la borra inmediatamente con agua jabonosa caliente.