Feliz por su trabajo. Héctor Pérez asegura que comprar el local fue un sueño hecho realidad.
En 1951 Héctor Pérez, hijo de comerciantes del mercado Alianza, tenía 8 años y pese a su corta edad se vio obligado a trabajar como asistente del señor Ramiro Pacheco, quien tenía situado su local de abarrotes en el centro del mercado.
Debido al cariño que Héctor tomó por ese negocio donde trabajó toda su niñez y a lo que aprendió como comerciante, hoy, ya con 67 años de edad, es el dueño de ese mismo local. "Junté dinero con mis papás, y compramos ese negocio, donde me voy a quedar hasta que me lleve la calaca", platica.
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
Héctor asegura pertenecer a las pocas familias de comerciantes que trabajaron desde los inicios del mercado Alianza, a finales del siglo XIX. "Mis abuelos ya trabajaban en el mercado desde aquellos años, luego mis papás me heredaron el negocio, junté dinero y compré el local de don Ramiro".
Entre gritos de ofertas de sus vecinos comerciantes más jóvenes, música grupera y las frutas que vende, Héctor se halla al frente de su negocio acompañado únicamente de su bastón. Aunque la fachada tenga la leyenda: "Frutería Pérez e hijos", ya que sus 6 vástagos se dedican al ramo del transporte y otros tipos de comercio, "tengo quien me ayude, pero yo soy quien atiende el local", dice.
Para Héctor, comprar el lugar donde trabajó en su infancia representó un sueño hecho realidad, pues tuvo que soportar largas jornadas laborales bajo el sol e inclusive padecer lesiones para juntar el dinero que la familia de don Ramiro le pedía, situación que se dio hasta los años setenta cuando adquirió las escrituras del inmueble, "¿quién iba a decir que un día iba a ser mío?".
UN MERCADO EN DECADENCIA
Naranjas, mangos, melones, guayabas, fresas, uvas, jícamas, pepinos y toda una extensa variedad de legumbres, es lo que ofrece Héctor a los marchantes desde su silla en el centro del mercado, donde pacientemente espera que la situación económica mejore y que la delincuencia deje de mermar sus ganacias de 5 años a la fecha.
"Hace 30 años, llegaba a registrar ventas de hasta 11 mil pesos diarios, era una época maravillosa, todos en la ciudad nos compraban, pero hoy me gano 1,200 pesos en el mejor de los casos, ni modo", asegura don Héctor con resignación mientras espanta algunas moscas.
Según el comerciante, son muchos los factores por los que el mercado Alianza ha venido "a la baja" en muchos aspectos, comenzando por el despilegue de las grandes tiendas de autoservicio, tanto nacionales como extranjeras que ofrecen facilidades como estacionamiento, seguridad privada y hasta aire acondicionado, "hasta yo preferiría ir a una tienda de ésas", comenta.
También el crecimiento de la ciudad hacia el oriente y principalmente, el clima de inseguridad que impera en la región desde hace casi 5 años, "¿y cómo van a venir? si a cada rato hay balazos", dice.
Don Héctor asegura sentirse feliz y tranquilo, aunque admitie que en algunas ocasiones se ha sentido amenazado por la inseguridad, como en una tarde de 2007, cuando una balacera en las cercanías de los locales comerciales, originó un pánico entre compradores y vendedores, por lo que muhas personas corrieron a esconderse al interior de los negocios para evitar ser heridos, "nosotros como comerciantes metíamos a las personas adentro para protegerlas, ya después se escuchaban los balazos".
UN BUEN AMBIENTE
A pesar de las aglomeraciones de muy variadas mercancías, cajas, perros, flujos vehículares, música en altos volúmenes y el andar desordenado de personas que se encuentran comprando en el lugar, Héctor asegura que siempre se ha sentido "un buen ambiente" con los compañeros locatarios, pues aunque compiten en la cuestión de las ventas, siempre se han apoyado entre todos en el aspecto emocional, "la verdad casi todos nos hablamos bien".
Héctor Pérez lamenta que al anochecer el "buen ambiente" de la Alianza, termine para dar paso a la inseguridad, "ojalá todo acabe pronto, tengo fe que será así".
HÉCTOR PÉREZ
Comerciante
Pese a todo, continúan
Actualmente en el mercado Alianza de Torreón existen casi 1,200 locatarios, que a pesar de la inseguridad y factores como la falta de espacio, continúan en crecimiento, según el ex presidente de la asociación de locatarios del mercado, Andrés Mendoza.
Según el ex presidente, la única forma en que el mercado se puede recuperar, es mediante las obras de modernización que se puedan realizar en la zona, "el paso a desnivel que nos están haciendo en el bulevar Revolución y el estacionamiento que ya tenemos, nos ha levantado las ventas", dice. Sin embargo, asegura que el principal problema que denuncian los visitantes de los locales, es la falta de seguridad que se vive desde hace algunos años.
Para Andrés Mendoza, las ventas en el mercado Alianza podrían registrar un repunte significativo a partir de 2012.