La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) amaneció hoy tomada por miembros de la Policía Nacional, y las clases se normalizarían a mediados de semana, anunció hoy la rectora, Julieta Castellanos.
El principal centro de estudios superiores de Honduras, con sede en Tegucigalpa, registra serios problemas desde hace varias décadas, entre ellos la corrupción y la politización.
La rectora, quien asumió el cargo el año anterior, es una reconocida académica e investigadora social, desvinculada de actividades políticas partidistas, quien ha tratado de poner orden en la máxima casa de estudios del país.
De acuerdo con Castellanos, por orden judicial la Policía Nacional tomó el domingo la sede universitaria en esta capital y desalojó a activistas del Sindicato de Trabajadores de la Universidad, que la mantenían tomada desde hacía unos cuatro meses.
Los miembros del sindicato, férreos opositores a la gestión de Castellanos, pretenden mantener el control de los servicios básicos de la UNAH, como vigilancia, aseo y control administrativo, y de toda reforma académica.
La oposición a la rectora surgió luego de que Castellanos les advirtió que no seguirá incrementando la serie de privilegios de que goza la dirigencia sindical, beneficios de los que carece el resto de los trabajadores hondureños.
Trascendió que ayer domingo fue desmantelada en la universidad una central clandestina de telefonía, por el cual la estatal Empresa Hondureña de Telecomunicaciones perdía alrededor de 250 mil lempiras diarios (unos 25 mil dólares).
Como responsable de este cruce ilegal de llamadas se detuvo a uno de los encargados del edificio administrativo de la UNAH, Jorge Mazeti Márquez, ya que allí se encontró la instalación para las llamadas telefónicas, según informó este lunes el Ministerio Público.