Bonita experiencia. Demián Alcázar, el director Felipe Cazals, Daniel Martínez y Juan Manuel Bernal ofrecieron una conferencia de prensa para hablar del filme villista.
MÉXICO, DF.- La 58 edición del Festival de Cine de San Sebastián abrió ayer con la película mexicana Chicogrande, de Felipe Cazals, con aplausos y como una defensa del principio de lealtad.
Chicogrande fue proyectada en el tradicional Kursaal de esta ciudad del norte de España, destacando a los "héroes anónimos" de la Revolución Mexicana, que en este caso estaban con la causa de Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como el general Francisco Villa.
En la sección oficial, sólo la mexicana Chicogrande aspira a la Concha de Oro como representante de América Latina. Además, hay cuatro cintas españolas, entre ellas El gran Vázquez, dirigida por Óscar Aibar y protagonizada por Santiago Segura.
En rueda de prensa posterior a la presentación, Cazals, considerado uno de los directores más importantes del cine mexicano, resaltó una de las frases del personaje villista, Chicogrande, de su filme: "Morirse es muy fácil, lo difícil es vivir correctamente.
"Vivir correctamente es vivir con un principio de lealtad, eso es el embrión y la columna vertebral de la película", enfatizó el director, quien a lo largo de su extensa carrera cuenta entre sus galardones con el Premio Especial del Jurado del Festival de Berlín de 1976, con la película Canoa.
"Veo y oigo ese término muy poco en la actualidad, no sólo en México, sino en muchas otras partes, me pregunto quién es leal, a qué o a quién", agregó.
Acompañado de los actores Demián Alcázar, Juan Manuel Bernal y Daniel Martínez, Cazals explicó que en su película, la figura de Francisco Villa es meramente tangencial.
"Lo que nos interesa aquí es hablar del villismo y lo que significa en términos de lealtad, lo que representa su causa y con ello podríamos hablar de otras causas revolucionarias, el zapatismo, el mandelismo, las causas revolucionarias tienen muchas formas", dijo.
No obstante, aclaró que Villa no es un pretexto para desarrollar la película. "Nunca puede ser un pretexto, ni lo es Zapata, ni lo es un jefe revolucionario".
Lo que importa, señaló, es quiénes creen en el villismo y por qué razón creen en el villismo".
En Chicogrande, Pancho Villa, después de su frustrada invasión a Columbus (Nuevo México) en 1916, empieza la retirada y en Ciudad Guerrero es herido en una pierna por tropas carrancistas.
Los estadounidenses, en territorio mexicano, inician una persecución masiva para capturarlo vivo o muerto. Villa, convaleciente, se refugia en la sierra, en lo más profundo de las montañas.
Así, Chicogrande (Demián Alcázar), un joven villista, tiene el encargo de conseguir asistencia médica y está dispuesto a sacrificar su propia vida para lograrlo.
Diego Luna presenta a Abel
Al actor Diego Luna le cambió la vida el nacimiento de su primer hijo, hasta el punto de que fue el impulso necesario para hacer su primera película como director, Abel, una historia sobre la ausencia de la figura paterna que ayer abrió la sección latina del Festival de San Sebastián.
Luna habló ayer en San Sebastián de una película con la que se lamenta en voz alta de una sociedad mexicana que ha cargado sobre las mujeres la responsabilidad de cuidar a los hijos y que ha paseado por éxito por festivales como el de Cannes.
La crisis, explicó, se ha convertido “en una excusa” -aunque insiste mucho en que “no se puede juzgar”- para que muchos mexicanos salgan al extranjero.
Pero al mismo tiempo, hay otra parte de la sociedad que “se ha escudado en ese fenómeno para justificar su abandono como padres... hemos entregado la responsabilidad de la educación de nuestros hijos a las mujeres”.
Y ésa es la historia de Abel, que cuenta cómo un niño de nueve años, Abel (impresionante Christopher Ruiz-Esparza) , regresa a su casa tras estar internado dos años en un centro de salud mental y asume con toda naturalidad el papel de padre y esposo.