Muchos pensaron que la Liga Mexicana no iba a poder sobrevivir sin Jorge Pasquel, pero para 1952 se comenzó a hablar de un nuevo y joven empresario que amaba el beisbol. El ingeniero Alejo Peralta se dio a conocer con su equipo Aztecas en la Liga Invernal Veracruzana y armó tremendos trabucos en la temporada de 1953-54 al jugar Beto Ávila la segunda base de su equipo. Y en 1955-56 igualmente patrocinó al llamado Diablos Rojos de Beto Ávila. Fueron los inviernos que vimos a grandes jugadores que eran estrellas de Ligas Mayores: Beto Ávila, Billy Hunter, Jim Bunning, Paul Foytack, Johnny Lipon, Bill Glynn, Tim Thompson, Harmon Killebrew y Maury Wills.
Mientras Pasquel es recordado por los formidables jugadores importados que nos trajo, Peralta siempre será recordado sobre todo por las escuelas que puso para desarrollar el talento mexicano y luego darles oportunidad.
Fue lógico que la Liga Mexicana lo invitara a entrar a su circuito de verano, que en 1954 parecía estar muriendo hasta que llegaron al mismo tiempo el Parque del Seguro Social y el ingeniero Peralta a salvarla. Don Alejo fue un torbellino.
Peralta fue el magnate más respetado en sus largos años en la Liga Mexicana y resultó lógico que lo nombraran en un momento dado Alto Comisionado, cargo que ocupó por un buen tiempo.
Peralta siempre trató de darle lo mejor a su querido Tigres y llegó a contratar como instructores a hombres legendarios del Salón de la Fama de Ligas Mayores como Paul Waner (average de .333), los pitchers zurdos Johnny Vander Meer, que es el único con dos juegos seguidos sin hit ni carrera, y Warren Spahn, el zurdo con más victorias en la historia de la gran carpa (363), así como el inolvidable Ted Williams.
Por sus ideas, por su empuje y por sus medios económicos, claro que tiene razón el que mantiene que la Liga Mexicana no hubiera podido haber salido adelante en sus años difíciles de no haber sido por Alejo Peralta. En 1997, unos meses después de su fallecimiento, los Tigres ganaron el campeonato y lo recordaron al caer el último out al ponerse unas playeras en las que aparecía el ingeniero Alejo, al que le dedicaron el campeonato. Como se dijo siempre, Alejo fue un gran mexicano de tiempo completo. Hace unos días se cumplieron los 13 años de su fallecimiento.