
La tormenta de nieve que azotó la costa noreste de Estados Unidos con vientos de más de 40 kilómetros por hora paralizó la capital estadunidense y amplias porciones de Maryland y el norte de Virginia. Más allá del cierre de oficinas, comercios, escuelas y aeropuertos, la tormenta estableció un nuevo récord para la zona metropolitana en términos de la precipitación de nieve recibida durante el invierno. La tormenta ubicó en 54.9 pulgadas (139 centímetros) la precipitación total de nieve para este invierno, superando el récord anterior de 54.4 pulgadas (138 centímetros) del invierno de 1899.