La ostentación del domicilio del secretario de Finanzas del municipio de Torreón, Pablo Chávez Rossique, en los recibos de cobro emitidos por la dependencia a su cargo, revela un estilo patrimonialista y adquisitivo de Gobierno que rebasa al funcionario y compromete al conjunto de la Administración que encabeza Eduardo Olmos Castro.
Como se desprende de un reportaje difundido por El Siglo de Torreón, el domicilio que se atribuye al impresor que reprodujo los recibos y que por Ley sus datos generales deben constar en los mismos, coincide con el domicilio en el que el Contador Chávez Rosique, tiene establecido su despacho profesional.
Al ser cuestionado sobre el particular por una de las reporteras responsables de la nota, el tesorero reconoció que en efecto, el impresor en cuestión Inmedios Gráficos, S.A. de C.V., es al propio tiempo proveedor del Municipio y cliente del despacho de contadores que es propiedad del funcionario en comento, el cual adelantó para evitar sorpresas o extrañamientos en el futuro, que no es el único caso de coincidencia sino que entre los proveedores del Municipio, "van a notarse muchos que vengan con el domicilio de su Servidor (el funcionario Chávez Rosique), donde se da un servicio para los clientes".
Ofende a los ciudadanos la actitud del funcionario, quien en virtud de sus propias declaraciones incurre al menos en un grave conflicto de intereses, que obliga a la Fiscalía del Estado de Coahuila a iniciar una averiguación con el objeto de investigar si en la especie, resultan cometidos uno o varios delitos relacionados al ejercicio de la función pública.
Otra vertiente de preocupación que surge del acontecimiento que nos ocupa, deriva de que también los recibos de cobro de los servicios de agua y drenaje que emite el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento de Torreón, ostenta los mismos datos que indican que el referido cliente del Tesorero Municipal, también es proveedor de Simas. En virtud de que el Simas es un órgano autónomo descentralizado de la Administración Municipal dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, que por añadido está dirigido por un Consejo de Administración integrado por ciudadanos distinguidos, resulta obligado cuestionar si en el caso existe una cadena de complicidad que convierte en proveedores universales a los clientes de Chávez Rosique, quienes en tal caso estarían integrados a una estructura perniciosa que considera a Torreón propiedad particular de unos cuantos integrados en sociedad mercantil, con un pie en la Iniciativa Privada y otro en el Sector Público.
Asombra la cara dura y la insensibilidad del Director de Finanzas de Torreón, que no se sabe si son hijas de la ignorancia o del cinismo, lo cual no es admisible en ninguno de los casos. A lo anterior corresponde que el actual Gobierno Municipal esté haciendo contrataciones con dispensa de todo trámite de licitación o concurso sin importar ni lo que la Ley de Obra Pública y demás disposiciones legales aplicables digan sobre el tema o lo que piense al respecto el ciudadano común que vive abrumado bajo una avalancha de propaganda con cargo al erario público y al que se quiere someter a un régimen de cállate y obedece.
De los hechos tan sorprendentes como lamentables que son objeto de comentario, resulta una obligada interpelación al gobernador Humberto Moreira, porque él es el creador y responsable político del proyecto Olmos como lo confirma el propio Alcalde, que en días pasados al ser cuestionado sobre su intención de construir una lujosa oficina en lo que fue el penthouse del antiguo edificio del Banco de México, remitió a los reporteros al Gobernador para que diera una explicación al respecto.
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