El Instituto de Medicina Legal en La Habana recibía hoy los primeros cadáveres para su identificación tras el accidente aéreo de la víspera en la provincia central de Sancti Spirítus, que dejó 68 muertos, informaron medios locales.
Mientras, personal de la embajada de México en Cuba se trasladó este viernes a Sancti Spirítus para las correspondientes labores de verificación de identidades de los siete mexicanos que viajaban en el avión, según informó el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba.
Un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) señaló que, de confirmarse la identidad de los pasajeros mexicanos, se brindará toda la asistencia consular necesaria a sus familiares en México e informará cómo evoluciona la situación.
El gobierno de Cuba comenzó a recibir las primeras expresiones de condolencia por la tragedia, como la del jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, enviada al mandatario Raúl Castro.
Entretanto, autoridades cubanas investigan en el sitio del desastre aéreo y brigadas de socorristas continúan la localización de los cuerpos de las 68 personas en una zona agreste llamada Guasimal.
Familiares de las víctimas están llegando a Sancti Spirítus y son atendidos por las autoridades locales y de salud, informó el periódico local Escambray.
Según vecinos del lugar, la aeronave se precipitó a tierra y de inmediato se incendió en un sitio de difícil acceso por la maleza en la zona de Guasimal, a más de 15 kilómetros al sur de la ciudad de Sancti Spíritus, capital de la provincia homónima.
Hacia esa zona se movilizaron grupos de la Cruz Roja, el Ministerio del Interior, las Fuerzas Armadas Revolucionaria y del Ministerio de Salud.
El anterior accidente de avión en Cuba ocurrió en marzo de 2002 cuando una aeronave se estrelló en la central provincia de Villa Clara, muriendo sus 16 ocupantes: seis turistas canadienses, cuatro británicos y dos alemanes, así como cuatro tripulantes cubanos.
Pero el suceso aéreo más grave de las últimas tres décadas ocurrió en septiembre de 1989 cuando un Il-62 con destino a Milán cayó en La Habana poco después de despegar, muriendo sus 115 ocupantes: dos cubanos y 113 turistas italianos.
Los restos del avión cayeron sobre viviendas y mataron a otras 40 personas en tierra.
