L As autoridades del Estado y la ciudad de Torreón, Coahuila, encabezadas por el gobernador Moreira, planean la construcción de una planta tratadora de aguas, para reutilizar el líquido elemento y alcanzar otros beneficios que acarrea el uso racional y cuidado del mismo.
Para lo anterior, han estado organizando foros de consulta, encabezados por el Ingeniero Gerardo Berlanga, subsecretario de Obras Públicas en la Comarca Lagunera, quien se ha asesorado por expertos; uno de ellos, el ingeniero químico Rafael González Pérez, quien dio una extensa explicación a universitarios y otros interesados, dejando una grata impresión.
Al parecer, -al menos en declaración de propósitos- tenemos una autoridad que se preocupa por encontrar soluciones y beneficios, más allá del sexenio; prueba de ello, la minuciosidad del proyecto presentado, que sin duda, de hacerse como se describe, aportará ahorro del recurso, reutilización inteligente y la consecuente protección al medio ambiente.
En la "cátedra", que fue la explicación dada por el químico González, recibimos informaciones importantes, entre ellas:
El cuidado en el manejo adecuado de los residuos líquidos, sólidos y gaseosos, analizando la mejor decisión entre varias: su reutilización para aportar a la recarga de acuíferos regionales, de por sí muy agotados.
También nos hizo observar la importancia que tiene el cuidado en la adecuada administración de uso de agua en parques y jardines, los que nunca debieran ser regados con agua potable, solamente con líquido reciclado.
Actualmente, en muchos de los casos, no sólo se desperdicia agua potable al anegar los cuadros de jardinería, sino que, además, se hace sin un orden adecuado y desatendiendo las indicaciones de conveniencia; baste el ejemplo del regado en los prados de los camellones de los bulevares de la ciudad, donde la mayor parte del agua esparcida cae en el pavimento, desperdiciándose y deteriorándolo; ni qué decir de los horarios en que se hace, cuando el calor se incrementa y con ello la mayor parte del recurso -del que no se desperdició previamente- se pierde por evaporación.
El citado proyecto potabilizador incluye asegurar la calidad de agua en términos de uso para el cuidado de la salud humana, caso de su utilización en lagos y estanques artificiales, asegurando que los niveles de contenido de bacterias y parásitos sea menor al potencialmente infectante, asegurando estándares de pureza adecuados para aquellos que naden o pudieran contaminarse con ellas, generalmente los menores.
Desde luego que nos hablaron del cuidado que debemos tener con el uso y reuso en servicios sanitarios y generales, en una Comarca Lagunera, que aún cuenta con muebles de baño que presentan depósitos de agua sobrados, la que se desperdicia inmisericordemente en múltiples ocasiones a lo largo de un día y lo peor: utilizando la que es apta para beber.
También consideran la elección de energías alternas para su aplicación, buscando el ahorro de la eléctrica, que igualmente tiende a ser racionada en el futuro. Es muy cierto que la eólica pudiera tener poca aplicación en la zona urbana de La Laguna, por la falta de corrientes de aire que tengan la fuerza suficiente para mover las palas de los generadores de electricidad, pero la solar ha sido poco estudiada y menos aplicada en la región.
Aquí cabe el principio de asegurar el equipamiento para servicio de la planta, con energía de bajo costo, considerando el del equipo, su mantenimiento y reparación.
Otro ángulo del reto de establecer una planta potabilizadora es asegurar el manejo, almacenamiento y desecho de los residuos sólidos, líquidos y gaseosos, buscando su reutilización y siempre protegiendo la ecología. Las propuestas simplistas hablan de métodos para deshacerse de ellos y la tendencia actual es buscar cómo revalorizarlos para reutilizarlos, buscando ganancias secundarias en lo ecológico y en lo económico; no depositarlos o enterrarlos contaminando.
También habrá que tener visión para que, los funcionarios que participen en el proyecto, cuenten con conocimientos técnicos actualizados y que se prevea la contratación de capacitadores para mantenerles vigentes sus habilidades profesionales, asegurando así, la continuidad de la calidad en el proceso.
Por último, habrá que efectuar un estudio de factibilidad del proyecto, que incluya los aspectos técnicos, sociales, ambientales, políticos y económicos.
En muchas ocasiones, en casos como éste, se aplica aquello de que "lo barato cuesta caro" y deberá evitarse una inversión que luego no sea rentable o desgaste, las de por sí debilitadas, finanzas municipales.
Planes como el presentado para la planta tratadora de aguas, son dignos de elogio; la preocupación de las autoridades por hacer las cosas "bien y a la primera" es otro punto a reconocer.
Queda el reto para esas autoridades: cumplir con lo planeado, hasta la última de sus especificaciones técnicas; de nuestra parte, como ciudadanos, estar atentos para que no nos den, de nuevo, "gato por liebre".
¿Está de acuerdo?
Ydarwich@ual.mx