El Gobierno turco admitió que las casas de las áreas del Este del país propensas a sismos no son resistentes a sacudidas como las del terremoto de magnitud 6.0 que derribó viviendas y mató 51 personas esta semana.
Cientos de personas carecen ahora de casa y se encuentran albergadas en tiendas de campaña desde el movimiento telúrico de la madrugada del lunes, el cual expuso la falta de construcción de casas resistentes cerca de las dos principales fallas tectónicas de Turquía.
Recep Akdag, ministro de Salud, dijo ayer que las casas de ladrillo de adobe típicas de las villas pobres turcas "se derrumban con la sacudida más ligera, y quienes quedan atrapados mueren por falta de aire".
"Así ha sido durante cien años, y debemos vencer esto", enfatizó Akdag.
El terremoto -que ocurrió a las 4:32 a.m. del lunes cerca de la villa remota de Basyurt en la provincia de Elazig- sorprendió a muchas personas durmiendo, convirtiendo las pobremente construidas edificaciones del área en una pila de escombros.
La villa más dañada fue Okcular, donde murieron 19 de los 900 residentes y sólo unas cuantas casas quedaron de pie.
El centro sismológico Kandilli reportó que se han registrado más de 100 réplicas, incluida una de magnitud 5.5, desde el terremoto original, que según la Agencia Geológica de Estados Unidos fue de 5.9.
La región ubicada 550 kilómetros al Este de la capital, Ankara, está cerca de la Falla Anatolia Este, una de las dos fallas tectónicas principales que atraviesan Turquía.
La otra es la Falla Anatolia Norte, la cual pasa cerca de Estambul, la ciudad turca más grande.
Expertos mencionan una probabilidad de 66% de que un terremoto fuerte sacuda Estambul dentro de 30 años.