Ucrania elige hoy a su presidente en unos comicios que vuelven a dividir en dos a esta nación europea de 47 millones de habitantes entre los partidarios de la primera ministra, Yulia Timoshenko, y el líder opositor, Víctor Yanukóvich.
Tras el duelo de amenazas y declaraciones de intransigencia, la calma que vivió ayer el país en la jornada de reflexión parecía presagiar tormenta.
Todo indica que igual que hace cinco años, durante la "Revolución Naranja" de 2004 que catapultó a la fama a Timoshenko, y desató la sed de revancha en Yanukóvich, la línea divisoria vuelve a ser geográfica y separa el Este, baluarte del líder opositor, del Oeste, donde la primera ministra es símbolo de democracia, modernidad y acercamiento a Europa.
Nunca antes el resultado de la votación pareció más incierto: mientras unos expertos dan hasta cinco puntos de ventaja a Yanukóvich, otros apuestan por la "arrolladora victoria" de Timoshenko con más de 10 puntos de diferencia.
Para evitar la repetición de los sucesos de hace un lustro, cuando las denuncias de fraude sacaron a la calle a miles de ucranianos y al final arrebataron la victoria a Yanukóvich, apoyado entonces abiertamente por Moscú, el tribunal administrativo de Kiev prohibió las concentraciones en la céntrica plaza de la Independencia, que fue le principal escenario de la Revolución Naranja.
Tanto el Bloque Yulia Timoshenko (BYT) encabezado por la primera ministra, como el Partido de las Regiones de Yanukóvich habían solicitado autorización para manifestarse en la plaza tras los comicios.
Aunque Yanukóvich ha asegurado que es imposible que se repitan las masivas protestas populares de entonces, los analistas no descartan que en caso de que la diferencia entre el ganador y el perdedor sea mínima, los partidarios del derrotado no reconozcan los resultados y tomen las calles para protestar.
A su vez, Timoshenko ya amenazó con sacar a sus partidarios a la calle en caso de fraude en las segunda vuelta del domingo.
"Si no conseguimos garantizar que se manifieste limpiamente la voluntad popular, levantaremos a la gente", advirtió.