Complicidad. El secuestro es un delito grave en México.
Los secuestros se han convertido en un negocio "familiar y policial" en México, un país donde existen elevados niveles de impunidad y una enorme capacidad de los criminales para infiltrar a las policías, dijeron fuentes del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Un estudio sobre este delito basado en encuestas a 232 secuestradores en reclusión elaborado por la institución, señala que el 22% de los captores ha sido policía o pertenecido a las Fuerzas Armadas, y que en el 25% de los casos, algún familiar del delincuente ha participado en la acción.
El estudio, remitido al Senado y que analiza la posible aprobación de una Ley contra los secuestros, mostró que en el caso de las familias suele haber mujeres en las bandas que "cocinan, cuidan y hacen la limpieza" para los secuestrados, declaró Gustavo Fondevila, integrante del equipo que elaboró el documento.
La importancia de la familia es clave porque los secuestros "demandan un nivel de logística y confianza muy grande", aseguró el experto en seguridad pública.
Sin embargo, esta característica no es exclusiva de México pues se repite en otros países con altos índices de secuestros y poco desarrollados, como Argentina, agregó.
Generalmente, los secuestradores mexicanos son gente que ha sido encarcelada por un delito menor, en prisión conoce y aprende que el secuestro es muy lucrativo, y al quedar en libertad "se organiza con sus compañeros de cárcel o con su familia" y empieza a secuestrar, detalló Fondevila.