La duración de la depresión postparto va de dos a tres meses, y cuando excede este tiempo, es recomendable buscar la ayuda de un especialista.
Hay cosas que comúnmente no se dicen, como que el parto es un suceso traumático porque da lugar a “fantasías y ansiedades que causan un gran estrés”, cuenta la doctora Adriana González Padilla, directora de la Licenciatura en Psicología del Instituto en Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
Por si fuera poco, explica, “la madre experimenta un doble duelo: perder el hecho de sentirse plena porque dentro existe otro ser y porque se pierde un bebé imaginario (fantasear con un hijo con los rasgos físicos y de personalidad ideales que desea la madre) y el contraste con la realidad, cuando el bebé es diferente a lo que se había pensado”.
Sueño y realidad
La especialista señala que con el nacimiento la madre siente “un vacío y una sensación de pérdida, ya que el nuevo ser es sentido como algo de ella y que después del parto deja de serlo”.
Y deja en claro: “Así se origina la depresión postparto, la cual se caracteriza por tener una sensación de desaliento, incapacidad para realizar el nuevo rol materno y la disminución del deseo por criar al bebé”.
El trabajo del duelo recaerá en la elaboración de la pérdida del bebé imaginario y en la reparación de la representación materna, en otras palabras: la madre podrá reparar aspectos de su propia persona, realizar proyectos nunca antes realizados y elaborar un plan de vida realista, lo cual involucra la reorganización de su identidad en su nuevo rol de madre, indica González Padilla.
Más allá del deseo
En este marco se da otro aspecto, ya que la depresión postparto comienza a elaborarse cuando la madre establece con su bebé una relación similar a la que tuvo con su propia madre:
“Inconscientemente, la mujer va incorporando las mismas características de crianza que tuvo con su propia madre. Es una forma de reparar la propia imagen materna en la relación bebé- mamá”, indica.
La doctora González Padilla no tiene duda en que “los recuerdos o los fragmentos de memoria almacenados en la mamá incluyen lo que la nueva madre experimentó directamente cuando era un bebé, mientras interactuaba con su propia madre y la experiencia empática que tuvo con ella”.
Entonces, podrá realizar el sostenimiento del bebé (abrazo fraternal), la manipulación (el juego) y la realización como madre: “En otras palabras criará al bebé con alegría”.
De lo contrario, dice, “si no se elabora este proceso de duelo, tendremos a una madre fría, distante y que rivalizará con su hijo o hija. En ese momento, la depresión postparto deja de ser un evento momentáneo y natural para convertirse en una patología”.
La duración de este proceso va de dos a tres meses, y cuando excede este tiempo, es recomendable buscar la ayuda de un especialista. “Puede ser que la nueva madre guarde conflictos y resentimientos muy profundos con la figura materna y le es imposible sentir empatía por su hijo”. Subraya que “lo sano y recomendable es acudir a una terapia para poder solucionar el origen de la patología y facilitar la relación entre madre e hijo”.
En el IIPCS hay sicólogos expertos en la depresión postparto. Si eres una madre que aún no logra sentir alegría al criar a su hijo, es mejor solucionar el problema de raíz, ya que la relación madre-bebé es fundamental para el sano desarrollo del ser humano.
