Lágrimas sobre la tumba de su marido deja María de Jesús Maciel, de 77 años, este Día de Muertos en el Panteón Municipal de Torreón.
"Mi mamá sólo se sienta y llora, son fechas muy dolorosas para ella, mi padre era muy bueno", dice Josefina Macías, quien acompaña desde hace 4 años a su madre, "es una tradición que mi madre toma muy en serio".
La muerte de Vicente Macías representó un acontecimiento repentino y doloroso, que, según Josefina Macías, su hija, terminó con el buen humor que caracterizaba a su madre, doña María.
"Mi padre era muy bueno y nunca se despegaba de mi mamá, por eso ella no lo puede superar todavía, tenían 60 años juntos", dice Josefina mientras coloca flores de cempasúchil sobre la tumba de su padre.
Era un 20 de agosto de 2006, cuando después de meses de lucha contra un cáncer de estómago terminal, don Vicente falleció, dejando cuatro hijos y como viuda a María de Jesús Maciel. "Fue una enfermedad muy fea, pero de todas maneras lo quisiéramos tener aquí entre nosotros", platica la señora Macías.
Los deudos de Vicente arribaron al panteón a las 9 de la mañana; casi una hora después y ya decorada la tumba con cempasúchil y hojas de palma, doña María permanece sentada frente a la tumba de su marido, llorando y siendo consolada por su cuñada, quien también recuerda a su hermano con lágrimas en los ojos. "Ella es muy expresiva, le ha cantado, ha rezado y como ahora le ha llorado a mi papá", comenta Josefina.
Una vez limpio y decorado el sepulcro de don Vicente, los hermanos Macías Maciel se reúnen en torno a la tumba para realizar una oración y despedirse de su padre, por lo menos hasta su próximo aniversario de natalicio. "Él sabe que venimos cada que podemos y que cuidamos muy bien a mi mamá", dice Josefina.
Al término de la oración y ya dispuestos a dejar el lugar, María de Jesús sigue frente a la tumba de su marido y pese al consuelo de su cuñada, no quiere separarse de Vicente.
La señora Maciel padece problemas de salud, pero los hermanos aseguran que su decisión ha sido seguir visitando a su esposo mientras pueda, pues es la promesa que le hizo cuando él falleció. "Si ella quiere seguir viniendo es su gusto, nosotros lo hacemos por el cariño y respeto que se tenían entre ellos", dice Josefina.
Aunque con pasos lentos y siempre tomada de la mano de su cuñada y sus hijos, doña María se levanta al fin de su lugar para despedirse una vez más de su pareja, quien la dejó hace 4 años, cuando el cáncer le arrebató la vida.
Acondicionan lápidas. Trabajadores del Panteón Municipal de Torreón realizaron trabajos de embellecimiento a las tumbas dañadas.
