Fotografías. El periodista Enrique Villaseñor expone imágenes de pequeños con parálisis cerebral, a quienes enseña su medio de expresión.
Su discurso corre en dos vías: la fotográfica y la documental. De la primera ya son 15 años transcurridos desde que Enrique Villaseñor fotografió a Dení, una niña con parálisis cerebral e hija de una amiga y después a cientos de jóvenes más; y en lo narrativo se ha empeñado en dejar claro lo que es realmente la parálisis cerebral a través de textos y entrevistas con especialistas.
Fomentar las posibilidades de apoyo a este grupo se sintetiza en dos palabras: Quiero decirte... Reflexiones y Testimonios en torno a la Parálisis Cerebral, una exposición que reúne fotografías que alberga el Centro de la Imagen hasta el 8 de agosto, así como un video documental y un libro fotográfico a consultarse en este mismo espacio, una obra multimedia que intenta demostrar lo que en esencia son estos niños, con sus necesidades y deseos. Quiero decirte... es un ensayo sobre la otredad de la parálisis cerebral.
Al inicio del proyecto en 1995, Villaseñor sufría y regresaba a su casa tan deprimido que debió suspender el proyecto por dos años y dedicarse a fotografiar paisajes. Cuando lo retomó, pudo hacerlo con mayor madurez. "No es que ya no me duelan y no me involucre, pero mi contribución está en las fotografías y sé que si pierdo la serenidad, dejaría de realizar el trabajo periodístico y documental que estoy haciendo", comenta.
Villaseñor continuaba con el registro fotográfico y muchas veces se encontró con que esas imágenes le resultaban muy fuertes y desafiantes; sin embargo, vio en ellas una profunda humanidad y empezó a acompañar a los integrantes de esta comunidad en sus actividades cotidianas: clases, talleres, fiestas, terapias, visitas a la Virgen de Guadalupe.
El propósito es que las imágenes tomen el lugar de las palabras que los sujetos fotografiados no pueden pronunciar. Sin embargo, debido a que el proyecto también tiene el objetivo de difundir y sensibilizar sobre la existencia de la parálisis cerebral, el fotógrafo escribió en las primeras etapas un texto en primera persona como si fuesen las palabras de un niño con este tipo de lesiones. El también arquitecto dio voz a los niños que había fotografiado.
Este trabajo fue posible toda vez que Villaseñor trabajó con niños de la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (APAC), y es él quien prefiere describirse como un fotógrafo que no hace fotos aisladas, sino series en el ámbito del documentalismo. Villaseñor comenzó a trabajar en el tema en 1996, con el fin de contribuir a la difusión de los conceptos básicos de la parálisis cerebral y ayudar a su mejor comprensión, pero también para ampliar las posibilidades de apoyo para gente que vive con ella.
LA INSPIRACIÓN DEL PROYECTO Dení, aquella niña que motivó el proyecto, falleció recientemente y a decir de Villaseñor su pérdida resultó muy dolorosa, pues no pudo asistir a la muestra.
"Aquella primera vez que le tomé fotos a Dení, fue en una fiesta de APAC, donde también retraté a otros niños. Después de revelar e imprimir las fotos, regalé una a cada uno de los pequeños; estaban felices de verse retratados. Fue el inicio del proyecto", comenta el periodista independiente y fotógrafo mexicano.
En colaboración con la APAC, médicos y colegas crearon un taller de foto con los niños para mostrarles cómo podían expresarse a través de la imagen.
"Confundimos la parálisis cerebral con otros males mentales. A través de la fotografía descubrí un lenguaje con el que podía acercarme a esta realidad y darla a conocer. Fue todo un reto", dice.
Para Enrique Villaseñor, la intención nunca fue retratar lo insólito, lo grotesco o lo difícil, sino mostrar lo que está detrás: "Hay un eje que rige todo el proyecto: la sonrisa de los niños, que refleja su gusto por la vida". Los niños de APAC aprendieron a tomar fotografías, colocar marialuisas y montar.
El proyecto inició como ensayo fotográfico, después como un trabajo de investigación que derivó en un producto multimedia, que puede verse en el sitio www.enriquevillasenor.com.mx
Villaseñor ha participado en muestras colectivas e individuales en México, Argentina, Uruguay, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Italia, Rusia, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, República Dominicana, China y Bangladesh. Fue fundador e impulsor de la Bienal de Fotoperiodismo en México durante sus seis ediciones de 1994 a 2006.
Algunos de sus reconocimientos son el Primer Premio Internacional 1986 del diario Pravda en Moscú y seleccionado para el premio internacional Nuevo Periodismo Latinoamericano 2005 en Colombia. Representante a México, Centro América y el Caribe, en el World Press Photo Joop Swart Masterclass; es editor de publicaciones multimedia sobre fotografía, periodismo y arquitectura.
EN TORNO AL TEMA
En el libro Quiero decirte: Reflexiones y testimonios en torno a la parálisis cerebral, el investigador John Mraz dice que una de las intenciones de las fotos de Villaseñor es mostrar la humanidad fundamental de niños con parálisis cerebral, al tiempo que revela su otredad.
"Los otros -que no son como nosotros- siempre han sido sujetos para quienes llevan cámaras. Pero la pregunta más apremiante no es tanto lo que fotografían, sino de qué manera esa alteridad está representada en las imágenes".
"En lugar de resaltar sus diferencias y discapacidades, Villaseñor quiere demostrar que, a pesar de lo impactantes que pueden ser esos infantes para las miradas promedio, merecen reconocimiento como tales, e integración al mundo social", expresa Mraz.
Para Villaseñor, el objetivo ha sido contribuir a la difusión de los conceptos fundamentales de la parálisis cerebral, a ayudar a su mejor comprensión, y extender la posibilidad de apoyo a las personas que la padecen.
"La parálisis cerebral no es una enfermedad, se trata de una dolencia muscular que es originada por un accidente producido, generalmente, al nacer o en una edad muy temprana. Estos pequeños están conscientes de su condición y de todo lo que sucede a su alrededor, pues la parálisis cerebral no afecta al cerebro; la inteligencia suele permanecer intacta y en ocasiones ser brillante o superior en el razonamiento y la creatividad. Esta dolencia no significa retraso mental o locura", comenta.