En el futbol, cada técnico tiene su librito y su sistema. A ambos se aferra contra viento y marea, sean buenos o malos los resultados. Así triunfan o así se van pronto a descansar, pero nadie los saca de sus muy particulares preferencias, como se ve ahora con Rubén Omar Romano.
Afortunadamente en sus dos últimos compromisos ha salido victorioso, uno en Interliga y el otro al arrancar el Bicentenario 2010, pero en ambos siguió con más de lo mismo, con su ya eterno afán de poner adelante sólo a un delantero que no está en su mejor momento.
Porque Vicente Matías Vuoso no es el de las grandes jornadas de gloria en los que era casi seguro que anotara, aunque sigue con su mismo afán de luchar, de entregarse, pero solitario no lo podrá hacer todo, lo que hará débil y aislado el ataque.
No obstante, en ambos partidos Romano ha reaccionado y ha sacado de la fría banca algunos de los delanteros con que ahora cuenta y así han podido conseguirse victorias, la última, por cierto, muy sufrida pues se resolvió en el último segundo.
Qué diferentes fueran las cosas si no se perdiera tanto tiempo y desde un principio se fuera al ataque, sin esperar que nos anoten el primero y el segundo, pero nadie va a hacer cambiar al obstinado de Romano, que al parecer seguirá en las mismas ante Indios.
Y hay que tomar en cuenta que a Pepe Treviño no lo van a soportar mucho si el mejor candidato al descenso sigue perdiendo, así que la Tribu recibirá esperanzada a unos Guerreros que no atacan desde el principio sino hasta cuando la lumbre llega a sus aparejos.
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