Quizá por haber llegado temprano a esta casa, aún sin terminar la primaria, nuestros conceptos al escribir son diferentes a los de muchos maestros del periodismo, y nuestros elogios y críticas no están basados en interés sino en observaciones personales de la realidad que vivimos.
Por ello nunca aceptaremos disculpas tardías y falsas de gente como Javier Aguirre, que no sólo renegó de lo nuestro y lo que nos tocó vivir a todos, incluyendo nuestras familias sin recursos, y sin ganar lo que él gana y exige, como departamento en Miami y otro en España.
Para nosotros será un oportunista que reniega de lo nuestro, aunque lo defiendan los mejores abogados. Tan tan y a otra cosa. Volviendo a los comentarios que hacemos diariamente, desde hace 43 años, algunas veces nos dicen que somos lambiscones y que percibimos por lo que hacemos.
La verdad que no nos molestan, porque si fueran ciertos no podríamos disfrutar de lo que comemos al lado de nuestros seres queridos. Los que tienen la costumbre de criticarnos tienen todo el derecho que da el anonimato para hacerlo y que sean felices.
El otro día que comentamos algo al respecto algunos nos criticaron, porque para ellos todo hay que aguantarlo, aunque sean mentiras. Si no hubiéramos estudiado una carrera universitaria tan hermosa como es la de Derecho, nos quedaríamos callados y apachurrados, pero en la vida hay que tener carácter.
Además, tenemos muy bien ubicada a la gente que por sistema nos critica y le deseamos lo mejor. Ojalá tengan el valor civil de enseñarle a sus esposas y a sus hijos lo que dicen sin fundamento para que conozcan quién les está enseñando a amar al prójimo o a sólo golpearlo. Como dijo el español, tan tan.
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