La Laguna es una tierra bendita y de muchos retos, a la que muchos llegamos en busca de mejores horizontes, sabiendo que aquí no caben los mediocres, aunque a veces los tengamos que padecer. Por ello nos da gusto que poco a poco y con mucha dedicación y empeño Rubén Omar Romano vaya saliendo adelante.
Nadie ignora que llegó a estas tierras con una carga muy pesada, después de muchísimas derrotas, sobre todo dirigiendo al América, y que esto se lo recordaban una y otra vez. Él se puso a trabajar y afortunadamente reunió a un grupo de colaboradores capaces y conocedores.
Todavía no se pueden cantar muchas victorias pues falta mucho por hacer, pero Santos Laguna poco a poco vuelve a ser el peleador, el luchón, el que pone el extra en la cancha, especialmente en los últimos partidos cuando se va asimilando más el estilo del centurión romano.
Platicábamos el otro día con Salvador Reyes júnior, uno de los ayudantes de Romano, y nos comentaba cómo es el estilo y la forma de trabajar de Rubén, donde destaca un gran profesionalismo y un gran respeto para todas las personas, llámense jugadores, directivos o aficionados.
Este sábado a Santos le toca un compromiso muy difícil, enfrentando a Gallos Blancos del Querétaro, que dirige, y muy bien, Carlos Reynoso. Cuando Carlos tomó el equipo las cosas no marchaban bien, pero el chileno ha hecho cosas de mérito y lo tiene ya mejor ubicado.
Los Gallos, ya lo verán este sábado, juegan y dejan jugar. Es cierto, hará falta gente como Ludueña, que empezaba a retomar su paso, pero ojalá Vuoso recobre aquella capacidad que tenía para ir al frente, olvidando antes pelearse con el silbante y los abanderados, para que se dedique a lo suyo.
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