Luchando con determinación y entrega hasta el último segundo, Santos Laguna consiguió ayer en tiempo de compensación un valioso empate a un gol, anotado por Uriel Álvarez, jovencito que avanza con pasos de gigante en este torneo, arrebatando así un triunfo a Gallos Blancos que ya cacareaba.
Fue un partido jugado sin muchas cosas sobresalientes y que avanzaba hacia un empate a roscas, hasta que en jugada a balón parado Laffatigue prendió el balón con la testa, rechazando con el pie Oswaldo pero poniéndole nuevamente el balón al argentino, quien sólo lo empujó adentro.
La algarabía en el Estadio de la Corregidora la encabezó Carlos Reynoso, quien sentía ya tres valiosos puntos en sus bolsillos, pero Santos no bajó los brazos, una y otra vez fue al frente, con orden, sin desesperarse, impulsado por Paco Torres, "Lorito" Jiménez y Oribe Peralta.
Por las bandas Iván Estrada iba y venía, y por fin entró a la cancha Agustín Herrera, después de mucho tiempo sin jugar, y aunque no tuvo balones a modo, trató de ayudar desequilibrando al rival y poniendo serenidad al ataque.
Cuando se pensaba que Marco Antonio Rodríguez daba los últimos segundos del partido, Oswaldo Sánchez se incorporó al ataque para rematar el tiro de esquina, pero el partido continuaba ante la desesperación de quienes estaban en el estadio.
Fue así como en una jugada frente al arquero de casa apareció el cabezazo de Uriel Álvarez prendiendo el balón, que se fue al fondo de la cabaña, ante la locura de la gente de Santos que festejaba la hazaña, dándole gran alegría a Rubén Omar Romano que por lo general había estado tranquilo.
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