Rubén Omar Romano poco a poco ha ido ubicando a los que le sirven y a los que no, aunque éstos tengan todo el apoyo de una afición que se ha entregado sin reservas a sus ídolos, pero el mayor compromiso del técnico está con la directiva y su afición y, en nuestra opinión, hay la lleva.
Seguramente habrá más sorpresas a partir de este partido ante el Atlante, porque al Centurión le interesa establecer quiénes rinden y quiénes no. Ahora le falta meter mano en la zona defensiva, donde no todos cumplen y gente como Rafael Figueroa está a la espera de ser tomado en cuenta.
También en la media cancha hace falta más coordinación, y mire usted que Santos Laguna tiene una de las cinturas mejor conformadas, pero donde no todos rinden al parejo. Ahí tiene el caso de Walter Jiménez, que hace tiempo perdió la sincronía y la efectividad.
Y no es por falta de entrega y profesionalismo, porque el "Lorito" ha sido siempre un profesional del balompié, pero se ha ido rezagando y ahí es donde entra en funciones la gente que acompaña a Rubén Omar Romano en la zona técnica.
La delantera del Santos, que tanto falla a la hora de concretar, debe poner más atención en cada entrenamiento y olvidarse de las bromas y las vaciladas que a veces los acompañan, para ponerse a trabajar en serio porque fallan que es un contento.
Afortunadamente Romano manda a la banca a quien lo pide a gritos. Ahí tiene los gestos de Vuoso cuando lo sacaron ante Querétaro y también la molestia de Darwin Quintero, quien ya debe ponerse las pilas si no se va pronto a su natal Colombia y viene otro en su lugar.
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