Oswaldo Sánchez sigue siendo el primero en llegar a los entrenamientos, no tiene tiempo ni límite para prepararse y estar en la mejor forma en cada encuentro. Nos recuerda mucho a Jared Borgetti, un hombre entregado a su profesión, también sin horario limitado, sino ampliado para su mejoría.
En cambio, muchos, y da pena decirlo, llegan renegando si hace frío, si hace calor, si llueve o si el tiempo no es el ideal para entrenar. Ahí aparecen los limitados y los que tienen corta vida dentro del deporte. Otros, usted lo sabe, llegan con una cruda que no ocultan, y si se acerca a platicar con ellos arrojan lumbre.
Es normal todo porque así lo hemos visto durante tantos años de seguir de cerca el desarrollo del deporte en la Comarca, y por las facilidades que casi siempre se nos han dado para estar en primera fila, salvo cuando llegan técnicos soberbios y apapachados al principio por una directiva complaciente.
Nos da gusto comentar que hoy día en Santos Laguna se hacen las cosas cada día con más profesionalismo, por fin, que no hay compromiso de parte de Rubén Omar Romano con nadie salvo con los que cumplen y lo quieren ayudar a triunfar.
Muy diferente a aquel tiempo en que el técnico en turno era amante de las francachelas y de convivir después de los entrenamientos con sus jugadores, lo que a veces desembocaba en excesos que fueron peligrosos y hasta pusieron en riesgo la vida de uno que otro.
Hasta la misma directiva, tan complaciente en otros tiempos, está recibiendo en la actualidad una lección de cómo deben ser las cosas dentro de una actividad tan exigente, que cobra caro las libertades y los libertinajes. Cada cosa en su lugar y cada quien a lo suyo.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx