Ni los jugadores del Santos, ni su gran afición se desesperaron, a pesar de que temprano el cuadro de la Comarca estaba perdiendo 0-2 ante unos Potros que llegaron relinchando, tirando patadas y mostrando al principio una gran facilidad para aprovechar los errores defensivos del rival, pero Rubén Omar Romano, que ya aparece más tranquilo en la banca, estuvo moviendo desde ahí a sus jugadores y éstos le volvieron a responder, para terminar goleando 4-2.
No habían pasado más que tres minutos cuando ya Arturo Muñoz había mostrado la fragilidad de la zaga lagunera anotando el primero y luego Johan Fano, que se movía por izquierda, anotaría el segundo, pero curiosamente en la tribuna no había abucheos ni desesperación, viendo cómo luchaban por todos los balones tanto Vicente Matías Vuoso como Oribe Peralta, y a pesar de que Darwin volvía a verse lento para tirar de primera intención.
Una y otra vez iba Santos frente a la cabaña de Federico Vilar, pero éste adivinaba todo y detenía todo, hasta que Vicente Matías Vuoso aprovechó uno de sus descuidos para anotar el primero, ya para terminar la primera parte. En el descanso, Romano volvió a cambiar el sistema y así, al reanudarse las acciones, Santos volvió a insistir a la ofensiva y fue cuando el Atlante se quedó con 10 hombres al ser expulsado Joel González.
Esto permitió que Santos se organizara mejor y volviera a insistir por las bandas y por el centro, impulsado por Iván Estrada y sobre todo por Vicente Matías Vuoso, que robaba balones, defendía e iba al ataque, dando uno de sus mejores partidos, incluso un pase del Toro sirvió para que Oribe Peralta empatara el encuentro. Luego el mismo Vuoso provocó un penal que al cobrarlo Juan Pablo Rodríguez la mandó a las tribunas.
Parecía que Santos conseguiría solamente otro empate, pero Darwin despertó, se olvidó de las gambetas y estuvo atento a lo que ocurría al frente y así pudo aprovechar un servicio de Carlos Adrián Morales para anotar con la testa el tercer gol, y sería el mismo Vuoso el encargado de cerrar la cuenta con el cuarto gol ante la locura de una afición que ya entusiasmada revivía la ola humana en las tribunas.
Romano estaba feliz pero admitía que tendrá que seguir trabajando mucho con su zona defensiva, donde hubo muchas fallas, las que se cargaron sobre todo a Juan Pablo Santiago por sus errores, los cuales criticó el público con abucheos. Fue un partido desarrollado bajo un cielo nublado que en momentos despedía algunas gotas de lluvia pero que terminó con un sol esplendoroso.
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