En cada partido de futbol hay que tener presente que el rival también cuenta, o sea que hay que considerar las características del conjunto de enfrente, con sus debilidades y sus cualidades. Así quedó establecido el pasado domingo al ver el accionar entre Guerreros y poblanos.
Con diez hombres, ante la expulsión del novato Uriel Álvarez, que enseñó la falta de madurez, los guerreros que se quedaron en la cancha se repartieron muy bien el quehacer y lo fueron sacando adelante con mucho decoro y hasta con maestría, como ya lo dijimos anteriormente.
De esta manera apareció el primer gol, en una bonita pared entre Walter Jiménez y Darwin Quintero que culminó el colombiano en gran forma; luego el mismo Darwin, que esta vez anduvo muy despierto y participativo con sus compañeros, olvidándose de sus famosas individualidades, mandó un gran pase a Ludueña.
El "Hachita", que corría alegre por banda izquierda, recibió el balón, sacó al portero de su habitat y tuvo la paciencia y el tino de hacer lo que quiso para anotar el segundo y definitivo. Todos los que estábamos en el nuevo Corona dijimos que esto era pan comido y hasta podría terminar en goleada.
Pero, oh desilusión, Puebla se creció al castigo y empezó a robar balones, anticipándose a unos rivales que parecían haberse puesto el traje del conformismo, agregando a lo anterior los cambios que empezó a hacer Romano al sacar jugadores de ataque y mandar medios y defensores.
Y a sufrir, sobre todo cuando "Chelís" respondió mandando al ataque a "Pescadito" Ruiz y al "Bola" González. Afortunadamente se pudo aguantar uno y otro embate y sacar así valioso triunfo. Ahora a prepararse para el duelo ante Chivas, que suena atractivo pero también difícil.
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