Ayer platicábamos con el Lic. Fernando López Borrego, que fue gerente del equipo Laguna "La Ola Verde" y nos decía: Cómo estarás contento por tantas cosas que has visto y vivido dentro del deporte, has tratado a tanta gente que muchos siguen tras su autógrafo.
¿De que te han quedado ganas? Agregó. Y no tardamos en contestarle, que nos hubiera gustado conocer a tanta gente que admiramos y respetaremos siempre, como el gran Babe Ruth, aquél a quien los periodistas lo llamaban El Sultán de los Aporreadores, El Monstruo o el "Bebé de Raíz."
En enero de 1975, de esto hace ya muchos años, escribimos aquí unas declaraciones que Claire Ruth, la que fuera su esposa, hizo, recordando a su querido e inolvidable esposo. De ella entresaquemos algunos conceptos que nunca pasarán de moda. Dijo:
En 1974 el nombre de mi desaparecido esposo volvió a sonar a causa de la hazaña de Hank Aaron, superando los 714 jonrones, y también porque el Yanqui Stadium, la casa que mi marido construyó cumplió 60 años de vida y entró en una etapa de renovación.
Pero a mí, me gustaría recordar una vieja frase que dice: Los récords no hacen al hombre, es éste quien los realiza. Así pues cabe recordar las 54 marcas que dejó Babe cuando en 1935 se retiró. Él no sólo conectó 714 cuadrangulares, fueron 729 si se incluyen los de Series Mundiales y Juegos de Estrellas.
Él, que muy pocas veces se irritaba, en una ocasión se salió de sus casillas frente al columnista Dan Parker, quien había escrito que era huérfano y que su apellido era Erhardt. Mi bebé tuvo que llevarle su acta de nacimiento, porque nunca le gustaron las mentiras ni los engaños de nadie y para nadie.
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