Hoy, apenas arranque el partido Santos Laguna contra Monterrey, se podrá saber qué es lo que quiere el equipo de la Comarca, incluyendo ahí a directivos, cuerpo técnico y jugadores, dejando fuera a su gran afición, que no merece lo que ha pasado en los últimos tres encuentros.
Apenas el silbante haga sonar su ocarina, desde la tribuna entenderemos cuáles son las intenciones de un equipo "chipil" al que le han dado todo, hasta un nuevo estadio, y en los últimos tres encuentros, cruciales e importantes, ha dejado de mostrar el espíritu guerrero que tanto costó.
Alejandro Irarragorri, presidente del club, decía que se haría una reflexión de lo ocurrido en las últimas tres fechas, y seguramente ahí estará también, todavía tranquilo, observando el accionar de unos jugadores a los que se le paga puntualmente y se les tiene entre algodones y con instalaciones de primerísima.
Pero algo pasa dentro del club. Se habla de distanciamientos que no queremos aceptar, y se menciona mucho a Darwin Quintero, quien, por cierto, sufrió serio accidente la noche de la granizada, quedando su automóvil hecho añicos; la investigación aún no termina.
Alejandro Irarragorri tiene tiempo todavía de enderezar la nave, y en cuanto a Rubén Omar Romano, sufrirá la ausencia de Vicente Matías Vuoso, su caballo de no sabemos cuántas batallas, quien no le ha respondido como el técnico esperaba, aunque haya dejado en la banca a otros con más méritos.
Ahí seguirán esperando su gran oportunidad Agustín Herrera, ya recuperado y con goles en la Sub 20, así como Miguel Ángel Norman Castañeda, un novato que cada vez que le dan oportunidad anota, como lo hizo en CU ante Pumas del mismo grupo. Pero, ¿hasta cuándo?
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