Santos Laguna es un equipo bien conformado, pero no se le ha sacado el cien por ciento de efectividad por diferentes circunstancias. Además, cada técnico tiene su propio librito y sus jugadores titulares, sin ver más allá de lo que le dicta su propio albedrío.
Con la llegada de Felipe Baloy a la zaga central se pensó que los problemas terminarían, teniendo competencia al lado, especialmente con Uriel Álvarez y Rafa Figueroa, pero aparecieron las lesiones y adiós proyectos. Es hasta finales de la campaña regular cuando se puede contar con el panameño.
La línea media es, en nuestra opinión, una de las mejores, apuntalada por Daniel Ludueña, hombre de talento pero también de inspiración, y cuando ésta no aparece, Ludueña tampoco. Walter Jiménez se ha perdido en los últimos encuentros, aunque él sigue poniendo empeño.
A Juan Pablo Rodríguez algo le debe estar pasando pues también ha dejado de ser el plurifuncional jugador que lo mismo defiende que ataca. Se extrañan mucho sus disparos de larga distancia. Los que ahora brillan por su ausencia de parte de todos los santistas.
El que sigue en plan grande es Oswaldo Sánchez, si no hubiera estado en gran noche, los Rayados se hubieran llevado holgada victoria, pero el capitán estuvo en todas las jugadas, sin parpadear, y cuando ocurrió el gol de los regios fue más a errores defensivos que de él.
El que está dando el extra en cada jugada es Oribe Peralta, que se entiende muy bien con todos sus compañeros, a los que busca, los apoya y les participa de su juego, como ese pase de oro que le dio a Daniel Ludueña y que éste no pudo aprovechar.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx