En otras liguillas Santos ha llegado bien preparado, pero el enemigo ha surgido del interior del mismo conjunto, sobre todo cuando los ánimos se encrespan y aparecen las tarjetas amarillas y rojas, que mucho han dañado al equipo de la Comarca en esta importante fase.
Y es que el cuerpo técnico en turno tiene que cuidar todos los detalles que puedan afectar, tomando las providencias necesarias. No sólo son las lesiones, impredecibles e insalvables, las que echan al traste los planes largamente elaborados.
Son también todas esas acciones y actitudes que brotan en momentos claves, por ejemplo cometiendo faltas en zonas peligrosas o protestando o reclamando decisiones arbitrales, como varias veces ha ocurrido. Tenemos que recordar todo esto para que sea tomado en cuenta.
Porque una liguilla es una corta etapa en la que todos quisieran estar, y son ocho los afortunados, así que los cuidados deben ser extremos, especialmente en aquellos jugadores de experiencia que han pasado para varias de estas fiestas.
Además, Pumas es un equipo bien balanceado, joven en su mayoría, a pesar de tener un portero de los más longevos, pero siempre ha sido un costal de pulgas para Santos, tanto en el mismo Corona como en C.U., donde ha sido muy difícil ganarle.
Rubén Omar Romano tiene todo un paquete en las manos, porque aquí ya no caben los experimentos sino los resultados, y éstos deben de ser buenos si queremos ir por la cuarta corona, como el mismo técnico lo ha prometido.
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