Rubén Omar Romano se salió con la suya: puso el esquema defensivo que tanto se le ha criticado, y al final logró meter al Santos Laguna en las semifinales, aunque haya tenido en ascuas y al borde del asiento a toda la Comarca Lagunera, especialmente cuando el "Cachas" Íñiguez anotó por Pumas.
Cuando inició el encuentro todo hacía presagiar un mal resultado para los laguneros, sobre todo teniendo siempre encima a los universitarios, que lo intentaban desde todos los sectores de la cancha, estrellando incluso un balón en el travesaño y buscando temprano los goles.
Pero los defensores de la Comarca se mostraban serenos y atentos, aunque al final del primer tiempo los roces subieron de tono, lo que obligó a los encargados del estadio de CU a cambiar de lugar a los mismos directivos del Santos, que ya eran amenazados por aficionados enardecidos.
Ya para terminar la primera parte fue cuando Santos se animó a ir al ataque. Sería en la segunda parte, y ya con Vicente Matías Vuoso, cuando el equipo lagunero estuvo cerca de anotar, pero Bernal y el mismo Íñiguez lo impidieron. Ahí salió seriamente lastimado Estrada por su propio compañero Baloy.
Romano todo lo arriesgó, se salió con la suya y hasta se dio el lujo de abrir la cancha, lo que no pudieron aprovechar los unamitas, que lucían cansados y desesperados. Baloy tendrá que calmar sus ímpetus pues viene lo más difícil y será ante Monarcas.
Si Santos lograra estar en la final, ojalá lo fuera ante el sorprendente Pachuca, que eliminó al mismo Monterrey, quitándole la corona. Y sobre todo porque el partido final sería en el nuevo Corona, donde seguramente se conseguiría el cuarto título. Pero tampoco despreciamos hacerlo ante Toluca en la Bombonera.
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