Nuestro respeto, reconocimiento, admiración y afecto para esta noble afición del Santos Laguna, que ha vuelto a dar una demostración de ser la mejor de México, al recibir a sus Guerreros como héroes, como si hubieran ganado el cuarto campeonato, perdonado y reconociendo a sus ídolos.
Nos sentimos orgullosos de haber sido parte de esa afición, antes de entrar a escribir en estas páginas y tener la facilidad de comentar en radio y televisión lo que vemos en las canchas, porque desde niños estuvimos en la tribuna cálida, y acompañamos al Laguna y al Torreón por todas partes.
Después, Armando Navarro Gascón nos invitó a incursionar en la radio y luego en la televisión, posteriormente apareció esta columnita aquí, y de esto hace ya muchos ayeres. En la tribuna cálida sufríamos y gozábamos, soportábamos las altas temperaturas laguneras y los intensos fríos invernales.
Luego nos correteaban en muchas plazas a donde acompañábamos a nuestros equipos. Esto lo secundaba una hermanita que ya perdimos y fuimos muy felices. Por ello, qué impresión al ver cómo esta noble afición recibía a sus Guerreros la noche del domingo como si hubieran ganado el campeonato.
Claro que a esta afición, la mejor de México, digan lo que digan por envidia en otras partes, le gustan los campeonatos, pero también se siente feliz y contenta viendo la entrega de sus Guerreros, y no les perdonan que se hagan patos en la cancha. En Toluca, jugando, los Guerreros fueron superiores, dignos campeones.
Pero en los penales las cosas se pusieron a favor de los rojos que no hicieron los méritos suficientes para ser campeones, así que no deben sentirse muy orgullosos de presumir este campeonato. En cambio, en la Comarca está el mejor equipo del momento en el futbol mexicano. Salud.
Dicen que el mundo está lleno de buenas intenciones. Y el entorno de la Comarca Lagunera, no es ajeno a esos buenos deseos.
Ahora resulta que los personajes antagónicos por tener el control del beisbol amateur comarcano, ahora son unas damas de la caridad y pretenden la unificación del Rey de los Deportes en la Región.
Aunque hasta el momento, ninguno ni otro personaje, ha dado a conocer las intenciones que se persiguen con eso de la unificación del beisbol amateur de La Laguna.
Porque también es conveniente conocer, si presidentes de Liga, representantes de equipos y los propios peloteros, están en la mejor disposición de afiliarse al Sistema Red y que conozcan cuáles son los beneficios que se obtendrán.
Porque si no hay información al respecto, conociendo de la difícil situación económica que se vive hoy en día, lo más seguro es que nadie querrá desembolsar algo de dinero, aun cuando la cuota sea la mínima.
Yo le preguntaría a Raúl Parra y Florentino Contreras, ¿cuándo celebraron su última asamblea en sus respectivas asociaciones y cuál fue el sentir de los directivos?
¿En dichas reuniones fueron convocados los presidentes de las Ligas afiliadas?
¿Cuentan con el apoyo y respaldo de sus agremiados, o por sus puras pistolas buscan la unificación del beisbol comarcano?
Pero lo más honesto, desde mi particular punto de vista, es que los dos personajes antes mencionados, mejor convoquen a Elecciones y que sean los presidentes de Ligas, con invitación especial de los representantes de equipos, con voz y voto, quienes definan sobre las personas que les gustaría que dirijan los destinos de la Asociación Lagunera de Beisbol.
Un cambio en la dirigencia del beisbol amateur, sería de mucho beneficio, porque ya basta de los liderazgos permanentes en el deporte amateur.
Recuerden, renovar o morir.
EL DESTINO
En los años de mi niñez, asistí a la proyección de una película impactante, ganadora de varios "Óscares" y que me quedó grabada hasta nuestros días: Lawrence de Arabia.
En esta épica cinta dirigida por David Lean, se narra el liderazgo del oficial británico Thomas Edward Lawrence, quien aglutina a varias tribus árabes en su lucha por su independencia y contra los turcos.
Las actuaciones son extraordinarias, empezando por quien da vida al personaje principal, Peter O→ Toole, secundado brillantemente por estrellas de la talla de Alec Guiness, Anthony Quinn y Omar Shariff, sólo por mencionar algunos.
Hay una escena cumbre, por lo menos para mí, en la cual un guerrero árabe cae de su montura en medio de una terrible tormenta de arena. Al echarlo en falta, Lawrence pregunta por él y le es notificada su desaparición. Cuando pretende regresar a buscarlo, su asistente le dice que lo deje ahí porque ese era su destino, morir en el desierto. O→ Toole mira fijamente a su interlocutor y le dice, palabras más o menos: "No es el destino sino la voluntad de los hombres lo que rige la vida".
Retando a los elementos, el líder vuelve por su compañero y le salva de una espantosa muerte en los abrasadores páramos de esa inhóspita tierra.
La remembranza vino a mi mente luego de ver, al filo de la butaca, la coronación de los Diablos Rojos del Toluca en una agónica serie de penales ante Santos de La Laguna.
Dando todo el crédito al campeón, pocas veces dan tantas ganas de hablar del equipo derrotado y de su técnico, a quien la suerte parece jugarle con frecuencia malas pasadas.
Porque, mire usted, Rubén Omar Romano reapareció en el timón del cuadro lagunero luego de múltiples fracasos y con un rosario de derrotas a cuestas. Logró imponer su idea futbolística y lució maduro y conocedor en las instancias finales. Ya instalado en el partido grande, su equipo jugó mucho mejor que su rival e hizo los méritos necesarios para alzar el trofeo que incluso estuvo a su alcance, como nunca, en la fatídica serie de penales.
El día posterior a la Final, llamó poderosamente mi atención una foto publicada en un diario de circulación nacional donde se ve al jugador santista Vicente Matías Vuoso sonriente y despreocupado, cantando durante la comida privada de su club. A su lado, no menos alegre, aparece Carlos Adrián Morales cuando fueron ambos quienes erraron, en forma lastimosa, los penales que coronarían campeón a Santos.
La reflexión sería: No es el destino ni la mala suerte de Romano lo que privó al cuadro norteño del campeonato sino la falta de compromiso de algunos de sus jugadores.
Vi gente llorando en la tribuna, rumiando la derrota. En cambio a estos jugadores no les pesaron sus fallas. No, no es el destino sino la voluntad del hombre...
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