El domingo 28 de septiembre de 2005, Rubén Omar Romano reapareció en las canchas mexicanas, en el partido de la jornada diez del Apertura 2005. Era su primer partido de esa campaña, después de haber sido liberado, habiendo pasado 65 días secuestrado, en un drama que todo México conoció.
Esa tarde, en el viejo estadio Corona, Rubén recibió un gran aplauso de parte de una afición que llenaba el viejo inmueble, pues los contendientes eran Santos Laguna y Cruz Azul. El partido fue de goles, a los 52, Kikín Fonseca puso adelante a La Máquina, pero a los 75 aparecería "El Pony" Ruiz para empatar.
A los 79 el mismo Rodrigo puso adelante a Santos y a los 84 Restrepo emparejó, pero definiría a favor de Santos Elgabry Rangel a los 86. Con Santos, en su primera temporada completa, Romano cumplió con parte de lo prometido, regresar a los titulares , pelear por el campeonato y ganarlo.
Durante la campaña fue de menos a más, y algunas veces fuimos severos críticos con él. Señalando su sistema de utilizar sólo en la delantera a Matías Vuoso que no respondía, pero él siguió trabajando conforme a sus planes, y poco a poco fue metiendo al equipo en el sendero de la liguilla.
Ya en ella, Santos Laguna se fue convirtiendo en uno de los grandes favoritos, al eliminar a Pumas y darle una santa revolcada al Morelia. Faltaba Toluca que era el coco de todos, y aquí le empató y dejó lo mejor para La Bombonera, donde exhibió las carencias de los choriceros, aunque le faltó el gol.
Santos fue el mejor en la cancha, pero en las tandas de penales sus mejores hombre fallaron. Vuoso estuvo en pésima tarde lo mismo que Carlos Morales. Sin embargo Rubén mostró que su plan era perfecto, el indicado, por ello la afición lagunera, de la que hablamos ayer, debería darle un gran aplauso al inaugurar el próximo torneo.
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