Mientras que en la Federación Mexicana de Futbol no hay mucha prisa por designar al nuevo técnico de la Selección Nacional, hoy, en el estadio de las Chivas, en Guadalajara, nuestro representativo estará enfrentándose al de Ecuador, sólo para pasar el tiempo.
Porque no se definirá nada ni se establecerá gran cosa, llega un nuevo técnico con su estilo muy personal y borra todo lo que se ha hecho, queriendo imponer su propio sello, llámese este Efraín Flores, Víctor Manuel Vucetich o José Manuel de la Torre.
Por lo pronto, dos que pudieran estar ya no quieren saber nada de la Selección, y estos son Jonathan Dos Santos y Guillermo Franco. El primero por la forma en que lo trataron antes de ir a Sud-áfrica, despidiéndolo al cuarto para las doce.
Y el segundo, seguramente por la forma en que fue tratado por la afición, dentro y después del Mundial, no quedándole más deseos de vestir la camiseta del Tri, lo que seguramente comparte su familia, tan mal tratada en el partido ante Argentina.
Es sobre todo la forma en que se aborda cada caso lo que lastima a muchos, especialmente a los que sienten afecto por los seleccionados. En el caso de Jonathan los reclamos vinieron de su familia y luego se dejó crecer el problema con comentarios de diversa índole.
Y en el caso del Guille Franco, el menos culpable fue él, pues si lo utilizaban en cada partido no era su culpa, sino del técnico en turno, quien viendo que no era la solución en la delantera lo seguía manteniendo ahí. En fin, son cosas que se miran con diferente óptica, según quien se ponga los anteojos.
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